Rebelión en la granja

“Rebelión en la granja” era uno de esos clásicos que engrosaban mis filas de eternos pendientes. ¡Pero por fin ha caído y no logro entender por qué no lo leí antes!

Con un estilo muy diferente al que Orwell emplea en su otro gran clásico, 1984, el autor nos trae otra obra distópica que esconde -bueno, realmente no es que lo esconda demasiado…- una fuerte crítica a la sociedad de la época en la que el autor vivió. En concreto en el contexto de la Revolución rusa. Aunque del mismo modo que pasaba con 1984, y con otras distopías clásicas, la mayoría de elementos de crítica son perfectamente aplicables a nuestra sociedad actual. Sin duda, uno de los elementos que más le sorprenden a uno al leer este tipo de libros.

En esta ocasión Orwell emplea una estructura narrativa mucho más simple. Con más personajes un punto más básicos y con una trama bastante más lineal y menos caótica que no esconde tantas sorpresas, pero es que no es ese su objetivo ni lo necesita.  Estamos ante una sátira sorprendentemente directa en la que, empleando a los animales como vectores, Orwell nos habla de cómo aquellos que empezaron moviéndose por un ideal libertario acaban dominando y explotando a la clase obrera, convirtiéndose en aquello que siempre habían criticado.

Y es que eso es lo malo de las utopías: es muy difícil que estas lleguen a cumplirse.

En resumen: un clásico que invita a la reflexión y que os recomiendo leer si todavía no lo habéis hecho. Se trata de una lectura breve, con un lenguaje nada complejo y que esconde un gran mensaje al que merece la pena prestarle atención.