1984

No te engañes: «1984» no es solo una novela distópica o un relato de ciencia ficción. «1984» es un ensayo sociológico sobre los regímenes totalitarios tan detallado que puedo asegurar que, en algún fragmento, se me hizo un nudo en la garganta. Su última parte es especialmente impactante, cruenta. No es una historia de superación, es únicamente la exposición de un universo crudo y repugnante.

Me pareció que me envolvía una sensación claustrofóbica, desesperanzada y gris. Es un libro interesantísimo que, como estés en un momento flojo, te deja peor. Hasta los personajes, que están obviamente inmersos en el régimen del Partido, se muestran con más sombras que luces y una desesperación (y, en algunos, resignación) intrínseca que resulta exasperante.

A pesar de que el lenguaje es muy asequible, la idea me ha parecido muy compleja. Tiene muchos términos y detalles que pueden confundir hasta que aparecen varias veces en el relato.

Recomiendo, antes de leer, investigar un poco sobre el background político de Orwell. Por supuesto, también hay que tener en cuenta que fue publicada en 1949 y hay cosas que pueden resultar a día de hoy un tanto lejanas. Pero oye, hay otras que pueden resultarnos no tan desconocidas.

Lo mejor es la minuciosidad con la que está preparado el universo de la novela. Me impactó muchísimo la reflexión que se hace e incluso puedo decir que dejó tocada mi manera de ver el mundo en algunos aspectos. Lo no tan bueno es que me pareció que es un libro para el que tienes que ir preparadx: es denso en ocasiones y durísimo en todas sus páginas. Terminé con la sensación de que hacen falta varias leídas para entenderlo todo.

Es una novela que recomiendo enormemente, sobre todo si te interesa el género distópico. Si te apetece un libro que te haga pensar y no te condiciona la densidad de un relato, «1984» es lo tuyo.

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