¡Ah, la vida es bella! Y no solo porque Joaquín es una estatua viviente, aunque es cierto que eso contribuye bastante, sino porque tras la figura trabajada del atleta, esa cara de rompecorazones y esa voz fogosa con un acento que ahora sé que es francés y no español, se oculta un hombre complejo, apasionante y, sobre todo, amable. Revelación. Joaquín Jouanteguy es amable. Amable conmigo, amable con su familia. Bueno, con casi toda su familia. |