Joaquín de Marion Olharan
—Gracias y perdón por haber sido tan… insoportable —acaba diciendo. —¿Ya te han drogado?Se limita a suspirar antes de resoplar: —Es posible. No reveles mi secreto y yo no revelaré el tuyo, ¿vale? —¿El mío? —Que tienes corazón, Joaquín —dice, mientras el ruido de las ruedas silencia sus palabras al alejarse. |