Insomniacs After School 6

Reseña de los tomos 4 a 6.

Continúo con esta serie de dos estudiantes de instituto insomnes que deciden hacerse compañía por las noches y, mientras se refugian en el único sitio tranquilo del edificio, el observatorio, descubren la afición por la astronomía.

En el tomo 4 Ganta tiene que buscar trabajo porque el instituto les ha denegado la ayuda económica para su viaje fotográfico a Noto porque aún no han podido conformarse como club oficialmente. Así terminará trabajando en las recreativas junto a la encargada que también disfruta haciendo fotos nocturnas. Pero la mala suerte parece acompañarles y, el día que tenían pensado realizar una actividad para darse a conocer aprovechando la lluvia de estrellas, llueve a mares.

Para poder salvar el club astronómico Ganta tiene que ganar sí o sí el concurso fotográfico, por lo que el viaje a Noto es fundamental. A pesar de su escaso presupuesto consiguen irse gracias a que la casa de la abuela de Isaki está cerca de todos los puntos donde querían fotografiar estrellas, aunque a cambio de poder alojarse allí tienen que llevar a la hermana mayor de Isaki como carabina. Después de haber hecho varias salidas fotográficas, la hermana de Isaki se aburre y decide irse con su novio, de modo que los dos se quedarán solos durante unos días y, como no podía ser de otro modo, acabarán intimando aún más y se darán su primer beso. El sexto tomo termina con la sesión fotográfica en las ruinas de Mawaki, donde los padres de Isaki irán a recogerla tras enterarse de que su hermana les había dejado solos.

En estos tomos la relación entre ambos personajes ha avanzado a pasos agigantados y además se han sabido muchos más detalles personales de los protagonistas y sus difíciles circunstancias, Ganta por convivir sólo con su padre tras el abandono de su madre e Isaki por las operaciones de corazón que sufrió de pequeña. Sigue pareciéndome una serie muy tierna, y las distintas referencias a fotografía y astronomía le dan un punto de interés especial.