Este manga lleva un tiempo ya publicándose, y desde el principio quise leerlo porque por su argumento me parecía que podía ser una historia tierna y agradable de leer, de esas que te dejan el corazón calentito. Mientras preparan el festival cultural, Ganta es enviado al observatorio astronómico del instituto (que lleva años utilizándose como almacén) a buscar unas cajas, y allí se topa con su compañera de clase Isaki. Ella encuentra tranquilidad en ese lugar, justo lo que necesita para poder conciliar el sueño porque por las noches no consigue hacerlo. Resulta que Ganta también es insomne, y ambos se sorprenden al descubrir que, si están juntos, les es más fácil dormir. Desde ese momento deciden utilizar ese espacio como refugio para dormir en los ratos libres, aunque no serán los únicos: el gato que pulula por el instituto también se apuntará. Casualmente serán descubiertos por una profesora, que les animará a reabrir el extinto Club de astronomía como justificación para estar en ese espacio, y aunque ninguno de los dos parece especialmente interesado en las estrellas, quieren poder seguir compartiendo tiempo y espacio juntos, así que comienzan a preparar actividades que justifiquen la existencia del club, entre ellas la fotografía. Esto les llevará a ponerse en contacto con una antigua alumna con la que enseguida trabarán amistad, y también contarán con otros compañeros que les ayudarán en la preparación de una salida fotográfica nocturna. Y, durante todo este proceso, veremos cómo la relación entre ambos se va estrechando, haciéndose indispensables en el día a día del otro. Si bien la historia es sencilla y aparentemente sin mucha chicha, el simple hecho de ver cómo la amistad entre ambos va creciendo y cómo disfrutan estando juntos y creando el club es bonito de por sí. Vamos, que es una serie con la que seguiré disfrutando de lo lindo :-) + Leer más |