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“sɪ ᴛᴇ ᴅɪᴄᴇɴ ǫᴜᴇ ᴘᴜᴇᴅᴇs ʟᴏɢʀᴀʀ ᴛᴀʟ ᴄᴏsᴀ ʏ ᴠᴇs ǫᴜᴇ ǫᴜɪᴇɴ ᴛᴇ ʟᴏ ᴅɪᴄᴇ ʟᴏ ᴄʀᴇᴇ ᴅᴇ ᴠᴇʀᴅᴀᴅ, ᴛɪᴇɴᴇs ʟᴀ ᴘᴏsɪʙɪʟɪᴅᴀᴅ ᴀʟ ᴀʟᴄᴀɴᴄᴇ ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴀɴᴏ”.

𝗦𝗶𝗴𝗼 𝗮𝗾𝘂í ha sido para mí un “sí, pero no, pero sí”. Tanto que lo dejé a medias durante muchos días, porque no me motivaba seguir leyendo. Finalmente lo acabé del tirón en una tarde y los dos últimos relatos, los más extensos, me han hecho reconciliarme con el libro y con la autora.

Tenía altísimas expectativas en relación a esta colección de historias autobiográficas de Maggie O'Farrell y ese ha sido el problema. Las expectativas, malditas sean, que condicionan tanto la lectura, a pesar de que siempre trato de que no sea así.

Y es que es el conjunto lo que me ha decepcionado. de los 17 relatos que lo componen, me sobran unos cuantos, que me han parecido paja añadida para dotar de volumen a la novela. En ellos justificaba una relación con lo que ella llama “experiencias cercanas a la muerte” a lo largo de situaciones tan corrientes, que todos hemos vivido alguna vez, que me han hecho pensar si es necesario estar muy obsesionada con el tema para hacer esa conexión. Lo cierto es que quizás fuera esa la intención de la autora, que sintamos la fragilidad de la existencia, que veamos que la muerte siempre nos acecha, hasta en las situaciones más inocuas e insignificantes, pero, en mi caso, lo que ha hecho ha sido restar, apagar la luz de los capítulos que brillaban por sí mismos y que, lo reconozco, me han hecho emocionarme y hasta soltar alguna lágrima.

Seguiré leyendo a la autora, (tengo Hamnet a la espera), pues su forma de escribir sí me gusta y creo que tiene mucho más que contarme.

¿Os habéis sentido defraudados por las expectativas para bien o para mal?