El inquilino del ático

Si esto es un escaparate, voy a mostrarme yo también.
Me quito las gafas y la chaqueta, y las dejo en el taburete dónde estaba sentado. Cojo los bordes de mi camiseta con los brazos cruzados y de un sólo gesto me quito la camiseta negra, dejando al descubierto todos mis músculos, pectorales, abdominales… Espero que a Cassandra le esté dando tiempo de contarlos uno a uno porque ahora voy a dejarle con la boca abierta.
Me deshago de los zapatos… Sólo tengo el feedback de Genoveva y está totalmente asombrada.
Empiezo a desabrocharme el botón de los tejanos, mirando fijamente a la cámara de seguridad por dónde sé que Cassandra me observa…
-¿Quieres ver tú sola el material o se lo muestro a todas? -Digo sin quitar la mirada de la cámara. Empiezo a bajar la cremallera… y cuando está más que abierta mi bragueta y puede imaginarse mi paquete, como respuesta a mi reto, se apagan las luces...

Me siento un poco como “Superman”. No puedo juntar mis dos vidas. Quienes me conocen en una faceta no pueden saber nada de la otra.