La guerra española no fue una guerra normal, si es que alguna puede serlo; fue una tragedia tras otra, y luego décadas para regodearse en la victoria.
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La guerra española no fue una guerra normal, si es que alguna puede serlo; fue una tragedia tras otra, y luego décadas para regodearse en la victoria.
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Aprendí entonces que el sentimiento más fuerte es el odio, mucho más incluso que el amor...
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Los señoritos no nos perdonaron que sus criadas quisiéramos ser otra cosa. Orden, disciplina, sumisión al patrón, al cura, al cacique, incluso al marido, solo eso deseaban.
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Ganaron la guerra, sí, pero perdieron todo lo demás...me refiero al honor y la decencia.
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Los civiles no participan en las guerras. Se nos ha olvidado a fuerza de transgredir esa ley de los derechos humanos, pero es un crimen de lesa humanidad.
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Es mi memoria, no quiere olvidar; aunque lo contrario del olvido no es el recuerdo, sino la verdad.
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Y las enfermedades se propagaron como pájaros negros que emigran para anidar.
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El silencio no siempre es una losa, a veces es la única forma de sobrevivir. La manera más digna de no destruirte a ti mismo.
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Y casi ninguno de los que la palma sabe por qué. Las razones para luchar importan poco: al final, se asesina para que no te asesinen a ti.
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No era fácil, pero era la guerra. Y las guerras son así. Si en una guerra te paras a pensar, estás jodido. Ni piensas ni sientes, solo disparas.
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?