La hija única

Primer libro que leo de esta autora mexicana, pero no será el último.

Perteneciente a la última generación de escritoras latinoamericanas, llamado el nuevo boom, al que pertenecen Fernanda Melchor, Mariana Enríquez, Camila Sosa, Selva Amada...y un sinfín más de nuevos e inmensos talentos que están surgiendo por esas latitudes que, por otro lado, creo que a ellas les molesta bastante esta etiqueta, por aquello de meter en el mismo saco cosas muy diferentes.

Guadalupe Nettel tiene una prosa limpia, certera, de frases cortas sin florituras, tal vez un poco aséptica, pero atrapante.

Esta novela explora la maternidad y la no maternidad desde múltiples puntos de vista, de las difíciles decisiones que tenemos que tomar las mujeres sobre nuestros cuerpos, antes, durante y después de un embarazo, que marcarán el resto de nuestras vidas. El libre albedrío y la capacidad de decidir conlleva al mismo tiempo conflicto. Cuando no hay libertad no hay posibilidad de elección y por tanto lo que te va dando la vida se va asumiendo como se puede. Explora también la sororidad tan necesaria entre mujeres y las formas de ejercerla.

Entrando más en la trama, que se puede leer en la contraportada y que casi es mejor no leer para no estropear el factor sorpresa, se puede decir que la narradora es una joven treintañera llamada Laura, que abre dos hilos narrativos. El primero, el de su amiga Alina y el segundo, el de su vecina Doris y su hijo Nico.

Tres mujeres, incluyendo a la propia Laura, que toman diferentes caminos y actitudes frente a la maternidad. Hay un tercer hilo que explora la relación de la Laura con su madre, pero no se desarrolla demasiado pero que completa el circulo temático sobre el que gira la novela, que en mi opinión es la maternidad.

Es una lectura dura por momentos, pero que se lee con fluidez. En mi opinión una muy buena historia.