Leer a Irene Nemirovsky es, al menos para mí, un acierto seguro. Una escritora que adquirió su fama después de su trágica muerte en Auschwitz. En esta novela, que es, por cierto, la primera que escribió, la autora nos muestra, como en las posteriores, su conocimiento de la mente humana. Ahí no hay muchos personajes, pero los que hay brillan con todo su esplendor, porque muestran todas sus facetas a través de sus actos y sus pensamientos. También queda muy clara las distinciones sobre las clases sociales, la falta (o el exceso) de dinero hace que se abran abismos entre los personajes. No es de las novelas que más me han gustado de la autora, pero es bastante entretenida y me ha gustado conocer a sus personajes y su destino. |