Mi hermana morirá una y otra vez durante todo el resto de mi vida. Esta pena es para siempre. No desaparece, se convierte en parte de ti, paso por paso, aliento por aliento. Jamás dejaré de llorar por Bailey porque jamás dejaré de quererla. Es así, simplemente. El dolor y el amor van unidos, no existe una cosa sin la otra. Lo único que puedo hacer es quererla y querer al mundo, emularla viviendo con valor y ánimo y alegría.
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