—No sé qué tiene Ylandra que todos sus héroes terminan convirtiéndose en traidores —fue lo último que le escuchó decir.
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—No sé qué tiene Ylandra que todos sus héroes terminan convirtiéndose en traidores —fue lo último que le escuchó decir.
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Pues yo brindo porque todos los caminos que tomamos y que nos mejoran, nos vuelvan a llevar junto a nuestros amigos. Si eso ocurre, cualquier espera habrá merecido la pena.
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Los agresores tendrán su propia penitencia, pero nosotros también. Lo que hacemos no está bien. Ha de hacerse, aunque no está bien. Rara vez hacer lo correcto coincide con hacer lo que está bien. Además, que necesites hacer algo no significa que ese algo sea bueno. Deberíamos recordarlo, tenerlo en cuenta, o nos perderemos en lugares peligrosos.
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—¿Por qué está pasando esto? —preguntó, permitiendo que las lágrimas se le escaparan—. No hemos hecho daño a nadie. Nunca. No lo merecemos. —La vida es injusta y la muerte a veces un consuelo. |
Solo un necio lo creería. Imagino que si alguien me viniera con ese cuento yo misma me reiría en su cara. Es cierto. El problema es que yo sé lo que vi y sé cuál es la verdad. Puede que sea la única persona en Ylandra que lo sabe y, me guste o no, ese conocimiento conlleva una responsabilidad.
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¿Con qué frase empieza esta novela?