Honor que otorga el favor, ¿para qué si no es honor?. |
Honor que otorga el favor, ¿para qué si no es honor?. |
Un rayo que a mis plantas cayese de la altura... un sol que a media noche luciera en la negrura... un cuervo que trocase su negror en albura... extrañaránme menos que esta loca aventura. |
¿Qué es eso? ¿Tiróme un beso? ¿Dónde, ¡ay, Dios!, el beso dióme, y dónde quedóme impreso?
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(...) que el oro, con valer tanto, nunca fue el triunfo mejor para quien pone en el puño de su espada el corazón.
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Tiene razón. Para lavar el baldón, la mancha que nos agravia, Conde Nuño, henos de Pravia. |
¡Trece de mayo ya!… ¡Quién lo diría! Llevo en esta prisión un mes y un día sin por nadie saber lo que acontece… ¡Y hoy es martes, gran Dios!… ¡Martes y trece!… ¿Por qué el terror invade el alma mía? ¿Por qué me inspira un miedo extraordinario esa cifra, ¡ay de mí!, del calendario? ¡Ah, no, cifra fatal!…No humillaréis el valor de don Mendo; no podréis; todos iguales para mí seréis… ¡Trece, catorce, quince y dieciséis! |
¡Puñal de puño de aluño! ¡Puñal de bruñido acero, orgullo del puñalero, que te forjó y te dio bruño!… Puñal que en mi mano empuño, en cuyos finos estríes hay escritas con rubíes dos frases a cual más bella: "Si hay que luchar no te enfríes. Si hay que matar… descabella". |
Es el primer libro publicado por Carlos Fuentes.