Aquí hay avería

De la sencillez también se puede hacer estilo. Y Montatore es un dibujante español que, una vez más, demuestra que si va sobrado de algo, es de esto último.
Después de leer su magnífica novela gráfica en torno a la vida de Umbral, llega a mis manos este tomo de pocas palabras, porque para comunicar algo, en el noveno arte, no hacen ninguna falta.
La propuesta, arriesgada de inicio por sobada en extremo: el mundo de la drogadicción, visto desde dentro. Hemos leído cientos de historias, hemos visto cientos de películas. Pero, como decía al principio, Lorenzo Montatore ha sabido crearse un estilo propio con sus dibujitos sencillos que recuerdan a Forges y a los cómics de Bruguera, y no solo por dibujo, sino también por narración. No escatima el autor en páginas ni en viñetas repetidas, porque sabe que aunque entre todas las viñetas de una página no haya ni una sola diferencia, la mera repetición está creando un ambiente.
El protagonista, Viti, es la típica persona que deambula por la vida, que puede tenerlo todo, pero que no sabe estar bien consigo mismo y se hace adicto a la gota, una droga que se convierte en el co-protagonista de toda la obra. Veremos la decadencia de la voluntad, la percepción errónea que tiene de la realidad el individuo, el patetismo de cara a los demás, los primeros avisos, el intento de escapar de ese mundo, la reinserción y, en general, la espiral autodestructiva en la que entra nuestro personaje de un solo ojo y sombrero de copa: un dandy venido a menos.
Un cómic que se bebe de una sentada, a pesar de sus más de 300 páginas, una edición muy currada de ECC y algo de luz y de color lisérgico en un mercado dominado por los supers.
Recomendado.