Las estrellas no brillan tanto cuando las miras a solas.
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Las estrellas no brillan tanto cuando las miras a solas.
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—Sería un retrato deslumbrante. Arruga la nariz, pero no se aparta. —¿Qué? —Me gustaría dibujarte —reformulo, y me acerco un poco más mientras mis dedos bailan sobre su piel—. Así, tal como estás, con el rostro besado por las estrellas... Es lo más bello que he visto jamás. Se tensa, y siento que el corazón me va a estallar en el pecho. No sé por qué se me suelta así la lengua, no sé si pienso de verdad las cosas que digo. Lo único que sé es que, en este momento, me moriría si no las digo. —¿Estás diciendo que soy hermosa? —susurra mirándome con los ojos muy abiertos. Me humedezco los labios con la lengua y me acerco más a ella hasta que tengo la boca junto a su oreja. —Estoy diciendo que eres capaz de volver loco a cualquier hombre, de hacer que arrase el mundo con tal de verte sonreír. |
— Técnicamente, esta noche no hay estrellas que pueda besar. Sonrio al oír la voz de Sara. — Puede que estén esperando a que llegues. |
— Cuando has dicho que me amabas, ¿eras sincero? Suspira. Me coge el brazo que me tiene sujeto sobre la cabeza para llevarme la mano hasta su corazón acelerado. —Toda mi vida, desde siempre, solo he querido una cosa: el trono. Llevo tanto tiempo planeando esto, trabajando para esto, que ya ni recuerdo mi vida antes. Y estoy muy cerca, Sara. Muy cerca de la victoria. Se me encoge el corazón. —Pero tú... —Se pasa la lengua por los labios—. Tú podrías arrasar el reino entero, quemarlo hasta que no fuera más que un montón de escombros carbonizados, y de buena gana me arrastraría por las brasas con tal de arrodillarme a tus pies. La magnitud de sus palabras hace que me estremezca. — Si eso es amor, sí, te amo. —Se encoge de hombros-. No siento nada más, solo amor. |
Mi corazón pertenece al príncipe marcado. Al Salvador de los rebeldes. Al rey de Gloria Terra. Que me ha convertido en reina de las cenizas. |
Estamos entretenidos. Predestinados. O quizás locos. Pero prefiero vivir la locura si eso sirve para que sea mío. |
Tú podrías arrasar el reino entero, quemarlo hasta que no fuera más que un montón de escombros carbonizados, y de buena gana me arrastraría por las brasas con tal de arrodillarme a tus pies.
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Cuando te expulsan hacia los márgenes de la sociedad, pero te exigen que estés presente, te fijas en cosas que les pasan desapercibidas a los que tienen que exhibirse en medio del escenario como marionetas.
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Es una voz grave, profunda, como hecha en el infierno y luego tejida en seda. Una caricia suave que te abrasa los sentidos.
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La peor ignorancia es aquella que podría haberse evitado.
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¿Cuál fue la primera obra escrita en verso en lengua castellana?