El Gorila y el Pájaro

El "te vas a poner bien" reconoce que no estás bien y, en un momento así, a lo sumo te ofrece una garantía ilógica y vacía: te vas a poner bien. ¿En qué se basan? Nunca nadie te dice: "Te vas a poner bien porque...", seguido de una razón convincente. "Te vas a poner bien" significa que estás en un abismo ahora y que no tengo nada para ti. Nunca te dan las instrucciones paso a paso para salir del abismo.

"Bipolar", "psicótico", "demente", todavía está cien por ciento bien usar estas palabras con sentido peyorativo; son etiquetas que usamos para describir a las personas peligrosas. Nunca he oído a nadie reprender o corregir a otro que haya descrito con ligereza a una persona como "loca de mierda". En nuestra sociedad hay que consenso de que, en lo posible, hay que evitar a las personas mentalmente inestables.

La gente siempre nos pregunta a los abogados de oficio cómo podemos defender a gente que sabemos culpable. Para mí, una de las muchas razones es que no creo demasiado que sea posible elegir. Nadie quiere estar jodido.

Nuestra profesión nos permite asistir en primera fila al espectáculo de terror más sádico de nuestro país. Y si crees que ese espectáculo no es atractivo, te invito a pasearte por los canales básicos de televisión por cable un fin de semana por la noche y a que cuentes los programas de telerrealidad sobre la vida dentro de las prisiones emitidos en maratones uno tras otro. Tanto si te revuelven el estómago como si no, hay una innegable atractivo voyerista en esa institución bárbara.

La esquizofrenia y la adicción -el huevo o la gallina proverbiales- se habían tragado al hombre.

La depresión me parecía un lujo tan grande como el veganismo y el comercio justo de café. Cierra el pico, gilipollas quejica y desagradecido, me rondaba todo el tiempo la cabeza. No importa cuántos médicos o Pájaros digan que está bien estar deprimido, el chico de Wichita que hay en mí decía que no. Lucha, lucha contra la autocompasión y contra las lágrimas. Lucha contra el agujero del tamaño de un padre que hay en tu corazón. Al menos lo conociste. Lucha literalmente si es necesario. Golpea a alguien, bebe algo, bebe algo y luego golpea a alguien. Necesitaba un psiquiatra.

Ahora entendía cómo tantos hombres que conocía desde niños podían consumir un paquete en una noche. ¿Qué más puedes hacer aquí? La gente dice que beber en exceso se usa a menudo para escapar de la realidad. En mi caso, me sentía borrado, así que, ¿por qué no borrarme a mí mismo? Era más fácil destruir lo que quedaba de mí que intentar recuperar el yo que había perdido.