Este libro me deja un poco descolocada. Lo leí por una recomendación y por salir de lo que suelo leer. Me reitero en que cambiar lo que me gusta leer (cualquier género pero con tramas fuertes y desenlaces sorpresa) es cuanto menos arriesgado. Esta historia es una maravilla. Francamente y más cuando caes en la cuenta mientras lees que la autora tenía 23 añitos al escribirla. Una virtuosa. Pero me ha resultado lento el ritmo. Porque la trama , en la que se presentan de manera magistral los cuatro personajes, es descriptiva, de manera deliciosa eso sí, se triangulan cuatro personas a priori sin nada en común. El eje central, el señor Singer, personaje al que adoras pero que también te descoloca un poco en cuanto a su relación con el griego desde el principio, nos pone de manifiesto la necesidad del ser humano de ser ESCUCHADO. También aborda de manera transversal el racismo y las desigualdades raciales. Todo se desarrolla en una ciudad sureña de EE.UU donde la pobreza está a la orden del día. Una novela para reflexionar acerca de los propios demonios que cada uno portamos sin mostrar al exterior, que nos influyen y nos derivan por unos u otros caminos, quedando en muchos casos ocultos para el resto del mundo. Una novela sobre las expectativas, los prejuicios y los personajes que desempeñamos más allá de nuestra verdadera esencia. Diferente. Profunda. Recomendable. |