—Alison, me atraes mucho, pero en mi corazón solo hay cabida para una mujer, y esa es Ingrid. Con esto quiero decirte que… —Que hay un corazón entre tú y yo —afirmó ella cortándolo. |
—Alison, me atraes mucho, pero en mi corazón solo hay cabida para una mujer, y esa es Ingrid. Con esto quiero decirte que… —Que hay un corazón entre tú y yo —afirmó ella cortándolo. |
—El amor, querido amigo —dijo Aiden mirando a la pelirroja—, es una simple palabra que no entiendes hasta que alguien llega para darle sentido. Puedes conocer a cientos de mujeres y disfrutar, pero cuando sientes que una de ellas te roba el aliento, el sueño, la paz y la vida, sabes que es ella y solo ella es tu amor y tu mujer.
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(…) «No pierdas lo bueno que has encontrado. Cuida para que te cuiden. Ama para que te amen. Sé feliz con quien te importa, y el pasado, aunque no lo olvides, déjalo estar».
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—En mi corazón está Ingrid. —Pero en tu cabeza está Alison, ¿verdad? —replicó Aiden, a lo que Harald asintió—. ¿Y quién te dice que tu cabeza no puede pasar a tu corazón? |
-¿Sabes lo que mi padre decía sobre la familia? Decía que lo importante no es estar todo el día juntos, ni siquiera vivir juntos, sino que lo importante es quererse, respetarse y nunca, pase lo que pase, perder la unión.
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-Sé que quizá sois demasiado pequeños para entender lo que os voy a decir. Pero no debéis llorar porque nos tengamos que despedir, sino que debéis sonreír porque un día llegamos a conocernos.
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-Mi padre siempre decía que los suspiros eran las respuestas a muchas de las preguntas que quedaban en el aire. -¡Ojo al parche!, acabas de confesar ante mí que tuviste un padre... ¡Increíble! Por cierto, muy acertado lo que tu padre decía. ¿Sabes lo que dice el mío al respecto? Que mis suspiros contienen toda la mala leche que no manifiesto. |
-Si algo he aprendido en la vida es a saber distinguir entre la realidad y los sueños. Soñar es fácil. La realidad es otra cosa.
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-Me es imposible ser la madre de Siggy, y creo que esta noche ha quedado claro por qué. -En la vida, lo único imposible es lo que no se intenta. |
-Deberías serenarte, pensar e incluso llorar. -Yo no lloro. Me han enseñado que llorar solo debilita y deja al descubierto tu fragilidad. -Te equivocas, Alison. Llorar es necesario, porque tu alma y tu cuerpo agradecen que liberes tus emociones. |
¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?