Rebeca

Al principio las descripciones y las historias que ella se monta en la cabeza se me hacían muy cansadas, especialmente la primera que hace de Manderley, creo que si hablaba de una sola planta más (por Dios, que menciona hasta a las ortigas) me hubiera dado algo.

Pero sin embargo, es curioso como con el transcurso de la lectura me he terminado acostumbrando a ellas, creo que es la forma que escogió la autora para mostrarnos el carácter de ella, un carácter indeciso, timido y aniñado. Son las historias que ella se monta junto con el hecho de su manía de morderse las uñás cada vez que algo la inquieta como descrubrimos verdaderamente su caracter, el de una niña que se ha visto obligada a crecer antes de tiempo después de un matrimonio con un hombre mucho mayor que ella y que además lleva un bagaje con el que es dificil de lidiar.

En realidad el libro me ha gustado y también he entendido por que en su momento la autora fue acusada de plagiar la historia de Jane Eyre, las semejanzas, si se quieren ver están ahí, pero no son suficientes para declararla un plagio ni muchisimo menos.

El final si me ha dejado un tanto, ¿WTF...? Pero agradezco ciertas sorpresas, la verdad es que los últimos capítulos tienen una intensidad que te impide dejar de leer, tienes que saber qué pasa.

Leeré la continuación que existe del libro aunque no fuera escrito por la misma autora, La señora de Winter de Susan Hill (No leais la sinopsis sin haber terminado antes este que tiene un spoiler del final bien grande)