Rebeca

"Anoche soñé que volvía a Manderley". Así comienza la novela de du Maurier, introduciéndonos en una maravillosa lectura, cargada de sentimiento y belleza. Novela narrada en primera persona por una protagonista joven, humilde e ingenua, aunque conforme nos adentramos en sus pensamientos podemos darnos cuenta de su personalidad intuitiva y observadora.

Nuestra narradora, de la que jamás conoceremos el nombre, nos va sumergiendo, con un rol de conciencia cercana a toda la historia, en la vida en Manderley, de sus moradores principales, Max de Winter y su primera mujer Rebecca y todo el devenir de acontecimientos, mentiras, juegos escabrosos y muerte....

Perteneciendo a una clase social inferior, su vida como ayudante o dama de compañía, verá su fin dando un giro de 180° cuando, por cosas del destino, conoce a Max de Winter y se casa con él, convirtiéndose en la nueva señora de Winter. Desde el principio, la vida allí no se promete fácil y placentera, cerniéndose sobre ella de forma incansable la sombra y el recuerdo de Rebecca. ¿Cómo murio?, ¿Qué detalles envolvieron su fallecimiento?

La revelación de un secreto, los rumores, las preguntas y las sorprendentes respuestas irán entretejiendo una historia fantástica hasta culminar en un final insospechado que invita al lector a quedarse con ganas de seguir leyendo.

Esta lectura no me ha dejado indiferente. Creo que es destacable la facilidad de escritura de su autora, la belleza de las descripciones que componen maravillosas escenas, la cantidad de detalles y unos personajes muy bien urdidos, llegando a empatizar con unos, odiar a otros e, incluso, sentir rechazo y pereza en ocasiones por la protagonista y su comportamiento.