Cuando no queden más estrellas que contar

No me cansaré de repetir que María Martínez ha sido el descubrimiento del año, con este ya van seis libros suyos leídos en lo que va de 2021 y una vez más no me ha defraudado.
Si bien no es mi libro favorito de la autora, ha dejado el listón muy alto con una historia que me ha atrapado desde el inicio y unos personajes que para mí han dado la talla con sus virtudes y sus defectos.
Es una historia ágil y ligera que favorece que la lectura de desarrolle de forma fluida. Por supuesto la ambientación es uno de los puntos fuertes de la novela gracias a la cual el lector se siente trasladado a Sorrento y rodeado de un maravilloso conjunto de personajes secundarios que pone la guinda del pastel.
Maya es una protagonista que me ha ganada a medida que avanzaba la lectura y en cambio Lucas comenzó con muy buen pie pero fue perdiendo un poco el fuelle hacia el final del libro a causa de su trama.

La pluma de María embelesa como viene siendo habitual y se torna incluso poética, con frases que se te quedan dentro para recordarte la importancia de quererse a uno mismo, de no ceder antes los deseos de los demás y la necesidad de trabajar nuestro autoestima.

El único punto "negativo" que le pondría a este libro es el escaso epílogo que tiene y que deja con ganas de saber muy más de los personajes y sobre su futuro.