Lenguaje del cine

Las efigies mundanas, dispuestas de un modo distinto de que en la vida, tramadas y reestructuradas en el curso de una intención narrativa, se convierten en elementos de un enunciado.

Esta duplicación fotográfica aleja del mutismo del mundo un fragmento de semirrealidad para hacer de él un elemento del discurso.

Lo que distingue al cine de los demás medios culturales de expresión es la fuerza excepcional que posee por el hecho de que su lenguaje funciona a partir de la reproducción fotográfica de la realidad.

El cine, con los Lumiere, fue primero espectáculo o simple reproducción de lo real, pero poco a poco, con los demás pioneros, fue convirtiéndose en lenguaje, es decir, en el medio para llevar un relato y para vehiculizar ideas, hasta llegar a convertirse en un lenguaje y un ser, gracias, repito, a cada realizador que ha ido impregnándole de su estilo. De ahí que Jean Cocteau, ese maravilloso opiómano y escritor francés, le llame a una película la escritura de las imágenes.

Pero, y aquí viene lo bueno, la corta vida del cine ha inducido bastantes obras maestras para desarrollar sus propias posibilidades con total autonomía. A partir de Georges Mélies el cine deviene en arte y lenguaje, se ha ganado así, el ingenio francés, el título de su creador.

El cine, al mal cine, aclaro, es ese río fugaz que desbobina con profusión kilómetros de opio o adormidera ópticos. El mal cine también es una industria, pero todo esto no ha evitado que alcance, el buen cine, aclaro, las grandes cotas de belleza.

El cine es facilidad porque se presenta con la apariencia del melodrama, del erotismo o la violencia; porque gran parte de su producción consagra el triunfo del disparate, del embrutecimiento, la manipulación ideológica de los poderosos y es llamada la fábrica de los sueños.

El cine es futilidad, porque es la más joven de las artes, nacida de una vulgar técnica de reproducción mecánica de la realidad, un remedo, pero que justamente de ahí brota el milagro de la inspiración para convertirse en el séptimo arte.

El cine es fragilidad, por estar ligado a un soporte material extremadamente delicado y acechado por los ultrajes del tiempo.

No es presuntuoso pensar que en el cine haya filmes tan valiosos en donde resalten elementos tales como la Ilíada, el Partenón griego, la Capilla Sixtina, el cuadro de la Mona Lisa o la Novena Sinfonía. Por ello el cine entra a la categoría del arte, el séptimo arte.