-Durante años, en cada nueva boda, las mujeres nos hemos visto sometidas a estas mofas de mal gusto. Quitarnos el vestido y sustituirlo por un chandal, mandar mensajes a nuestro móvil fingiendo ser una supuesta amante, cancelar la reserva del banquete, cambiar la tarta nupcial, sustituir la melodía del vals por heavy metal, tintarnos el pelo de otro color o incluso, cortárnoslo. De todo. ¡¡Todo!! Pues bien, señores, eso se acabo. Ni una mas. Ninga novia, madre, suegra o dama de honor volverá a padecer, no si yo puedo evitarlo. Vamos a cambiar los papeles, ¿que os parece un poquito de vuestra propia medicina? Espero que sigáis riendo como ahora cuando os toque el turno, que lo toméis con calma y diplomacia, como le sugeristeis a Lindsay al hacerle creer que su vestido estaba hecho trizas. Temed y angustiaros, como nosotras.
|