Huida al Norte

Un autor, que como su apellido nos indica, fue el hijo primogénito de Thomas Mann, por lo tanto creció en un hogar frecuentado por personas conocidas, ilustres , y suponemos, que, enriquecido con excelentes experiencias, muy pronto empezó a escribir en un periódico de Berlín críticas literarias, y poco tiempo después, empezó a publicar.

Tanto Klaus como su hermana Erika Mann no llevaron una vida convencional , sujeta a limitaciones económicas, a los rigores que la servidumbre conformista obliga, sino que ellos, buscaron espacios de libertad y los encontraron, representaban obras teatrales, viajaban y se relacionaron con grandes personalidades.

También fueron grandes amigos de mi admirada Annemarie Schwrzenbach, una personalidad brillante y arrolladora, que nos dejó, sobre todo, una gran obra de sus viajes y de la que también hice las críticas, ya que es una de mis autoras favoritas, me gusta mucho.

Y siguiendo con mi fascinación por Annemarie Schwarzenbach, me he leído este libro de Klaus Mann, el hijo del gran escritor alemán Thomas Mann, ya que fue amigo íntimo de Annemarie, y en esta novela, se inspiró para uno de sus personajes, Johanna, en su gran amiga Annemarie.

También él mismo se autorretrata junto a su amiga, por lo que la obra se construye sobre experiencias personales, que llegan a ser símbolos de una juventud aniquilada.

En primer lugar, las vivencias de su primer año de exilio, es la primera novela de las llamadas del exilio y escrita durante su estancia en hoteles de Ámsterdam, París y Budapest, desde enero a abril de 1934.

Y, por otro lado, el viaje que hizo a la península escandinava durante el que visita la hacienda finlandesa, propiedad de su amigo Hans Aminoff, que es el Ragnar de la novela, y el que le suministra mucho más que el marco geográfico de la acción, ya que aporta una parte esencial de los materiales de la novela.

Construida sobre el dilema al que se enfrentaría realmente el autor, por un lado, el compromiso ético y político y la actividad antifascista, y, por otro lado, el elemento más individualista, el anhelo de muerte y el nihilismo. En otras palabras, el compromiso contra Hitler o la inhibición política.

Se sirve para ello, del personaje de Johanna, que llega a Finlandia, para pasar unas vacaciones con una vieja amiga de estudios, Karin. Entonces surge el amor con Ragnar, el hermano de su amiga, y emprenden un viaje hacia el punto más septentrional de Europa para embarcarse hacia Islandia.

Sin embargo, al final se plantea la gran elección, la política o el amor, el compromiso contra Hitler o la inhibición política, vence el compromiso, separándose, por tanto, de su amado Ragnar.
No hay elección.

Klaus Mann, primero fue un escritor decadente, que nunca ocultó su homosexualidad, después se convertiría en un escritor comprometido y un novelista sobresaliente, a pesar de que nunca se ha reconocido como un gran escritor, sin embargo, creo que hay que leerlo y decidir donde situarlo dentro del mundo literario. A mí me gusta leerlo y he leídos otras obras suyas.

El ansia de libertad cuando no se puede cumplir provoca pesadumbre, tristeza y una falta de confianza en el futuro, que puede terminar devastando al ser, a los seres que la impulsaron sin descanso.

Klaus Mann no pudo soportar la incertidumbre que rodeaba el mundo en aquellos años. Quizás terminó para Klaus la edad de la inocencia, quizás lo encontró ya demasiado cansado, demasiado desengañado para poder continuar.

El joven autor, consecuente con su forma de pensar se suicidó el 21 de mayo de 1949 en la habitación que había alquilado el mes anterior en la villa Madrid, en Cannes, ingiriendo elevadas dosis de somníferos.

Seres para otro mundo, inteligentes, sensibles, lúcidos, lúdicos, imaginativos, superiores, seres para vivir en un mundo menos plano, menos romo, más emocionante, capaz de gozar con los éxitos de los seres humanos integralmente buenos, surgidos a la luz de la sabia de las mentes más audaces.