Normalmente suelo escribir las reseñas habiéndolas planificado de antemano en cierta manera, sabiendo lo que quiero decir o en qué me quiero centrar, pero otras encuentro que al cabo de los días sigo sin saber cómo expresar lo que he sentido leyendo, así que dejo libertad a la improvisación, y eso es lo que voy a hacer con “Archipiélago”, de Inger-Maria Mahlke. Se trata de una lectura, en mi opinión, bastante atípica pues, si te paras a pensar, en realidad no pasa nada, no hay un hecho central alrededor del cual se conduzca la trama, no hay giros inesperados… no hay acción por así decirlo. Y, sin embargo, con el paso de los días te vas dando cuenta de que es una lectura en la que se cuentan muchas cosas sin parecerlo, que es una historia de personajes en la que se dicen muchas cosas como “de tapadillo”, como si no importaran, como si fuera algo que sucedió así de pasada y que no llegó a nada. Con un desarrollo en retrospectiva, la autora nos lleva de viaje por la historia social y política del archipiélago canario a través de la vida de varias familias, que al inicio del libro son una sola, y que se va desgranando como si viéramos crecer un árbol, del tronco a las ramas, aunque sea un viaje inverso, del presente al pasado. Una sucesión de pequeñas y, aparentemente, insignificantes historias que conforman un todo tan importante como es el desarrollo de la vida de toda una comunidad autónoma. Porque al final, ¿qué es la historia de un país o de una zona, más que la suma de todas las pequeñas historias de las personas que la vivieron? Pues eso es, resumiendo, de lo que trata esta novela, de personas que viven (o sobreviven) de forma paralela a los grandes acontecimientos que suceden a su alrededor, con cuyas causas no tienen nada que ver, pero a quienes afectan sobremanera las consecuencias. En definitiva, una historia que no cuenta nada, si al final resultara que la nada es la misma vida. ¿La vida de quién?, pues nada más y nada menos que la de todo un pueblo. + Leer más |