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María Luisa Prieto González (Traductor)Muhammad al-Madkuri (Traductor)
ISBN : 8435062422
320 páginas
Editorial: Edhasa (30/11/-1)

Calificación promedio : 4/5 (sobre 1 calificaciones)
Resumen:
En el sensual y embriagador Egipto de la Antigüedad, el jovencísimo faraón Mernaré II, recién instalado en el poder junto a su hermana la reina Nitocris es subyugado fatalmente por el misterio del amor. La hábil cortesana Rhadopis, de enigmática belleza, cae también en la pasión por quien es su señor pero se le entrega mansamente cada anochecer. Sin embargo, la poderosa casa sacerdotal, celosa guardiana de sus prerrogativas y de las tradiciones de los templos sagrad... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (1) Añadir una crítica
Inquilinas_Netherfield
 07 February 2024
Naguib Mahfuz es uno de los escritores egipcios más conocidos a nivel internacional, y buena prueba de ello es que, por ahora, es quizás el autor que más se está repitiendo dentro del Reto Egipcio que he propuesto este año. Escribió tanto novelas históricas ambientadas en el Antiguo Egipto como novelas contemporáneas que describían la realidad de su país, y muchas de ellas están consideradas clásicos de la literatura egipcia hoy en día. El libro que yo os traigo es el segundo que publicó dentro de su conocida como Trilogía de Egipto, y para mí, antes de leerlo, uno de sus principales atractivos era que hablaba de la VI dinastía, apenas tratada en la literatura relacionada con esta temática. Y además sale la reina Nitocris, así que me hacía ilusión hablaros de Rhadopis, que con el subtítulo de Una cortesana del Antiguo Egipto, habla de amores apasionados y fulgurantes pero también de política y malas decisiones de gobierno.

Estamos en el 2184 a. C.. Mernerá II acaba de subir al trono sucediendo a su padre, el faraón Pepy II, y la historia comienza justo el día de la celebración de su entronización en Abu, la capital de Egipto. A poca distancia de allí, en el palacio de la isla de Biya, vive la cortesana Rhadopis, la mujer más hermosa del país. Cuando faraón y cortesana se conocen se enamoran perdidamente el uno del otro, y como ella se niega a formar parte de su harén él la convierte en su única amante, gastándose cantidades desmesuradas de dinero en su palacio... una decisión del faraón nada inteligente cuando está en pleno conflicto con los sacerdotes, a los que quita propiedades para despilfarrar ese dinero con Rhadopis. Cuando el pueblo comienza a revolverse contra su libertino faraón, es el principio del fin para un Mernerá que no es consciente del peligro en el que se encuentra.

Antes de seguir, debo decir que uso el nombre de Mernerá para el faraón porque es el que se usa en el libro, pero que yo sepa el nombre de este faraón era Merenrá (y de hecho si se busca Mernerá en Google, todas las entradas que aparecen están relacionadas con este libro y no con la figura real del faraón...). No entiendo el cambio de nombre (o quizás ha sido un fallo de traducción, porque lo que han hecho es intercambiar dos letras haciendo que el nombre suene totalmente diferente). En cualquier caso seguiré con Mernerá, pero me resulta rarísimo llamarle así, la verdad.

Como suele pasar con buena parte de este tipo de novelas históricas, todo lo que se narra en Rhadopis es totalmente ficticio y fruto exclusivamente de la creatividad del autor, porque además en este caso, como ocurre con muchos faraones egipcios, no hay apenas datos sobre Mernerá II ni sobre su breve (brevísimo) reinado. ¿Qué sabemos realmente? Pues que Mernerá II sucedió a su padre Pepys II, que estaba casado con su hermana Nitocris y que su reinado apenas duró un año. Y aquí ya empiezan las licencias del autor, porque históricamente se cree que este fugaz paso por la Historia de Mernerá fue fruto de su avanzada edad, y en Rhadopis nos encontramos un faraón de veintipocos años y hermoso como un sol. Heródoto, por su parte, dijo que su rápido paso por el trono de Egipto fue provocado por su asesinato, así que versiones hay para escoger. El caso es que si nos atenemos a los hechos, no hay evidencias arqueológicas de ningún acontecimiento sobre su reinado ni se sabe absolutamente nada sobre su figura. Por no saber no sabemos con exactitud quién le sucedió, porque hasta hace poco tiempo se creía que fue su esposa y hermana, Nitocris, toda una leyenda de la que se dice que era la mujer más hermosa de Egipto y que se vengó de los asesinos de su esposo invitándolos a un banquete en un sótano que posteriormente inundó... por decir se ha dicho hasta que la tercera de las pirámides de Giza fue construida por orden suya, no por Micerinos. Pero la ciencia está poniendo muchas cosas en su sitio en este siglo XXI, y hoy en día incluso se cuestiona la propia existencia real de esta figura porque tampoco hay ninguna evidencia histórica sobre ella y se cree que fue un personaje legendario y totalmente inventado en el período tardío de Egipto (conocido como Baja Época). El nombre de Nitocris aparecía en el Canon Real de Turín (listado de faraones egipcios, así como de dioses, semidioses, espíritus, etc... fechado en la época de Ramsés II) como la última reina-faraón de la VI dinastía, y así se había aceptado hasta hace bien poco, pero tras un análisis microscópico del Canon se cree que fue una mala transcripción de un nombre masculino y que, tal como digo, ni siquiera existió en realidad. La ciencia nos da muchísimas alegrías en el campo de la Egiptología pero también tira por tierra muchas teorías ampliamente aceptadas durante los siglos XIX y XX, así que quienes gustamos de este tema y nos interesa todo lo que va surgiendo, tenemos que amoldarnos y aceptar las cosas como vienen.

Sin querer ahondar más aquí, que no es sitio ni lugar ni os quiero aburrir, os comento todo esto para que entendáis que Rhadopis es una novela de ficción histórica desde la primera hasta la última página porque no se sabe absolutamente nada ni sobre sus protagonistas ni sobre lo que aconteció durante ese año que abarca la novela... que parece una tontería avisar de estas cosas pero hay que hacerlo, porque muchos lectores aceptan al pie de la letra lo que se dice en las novelas históricas y no se dan cuenta de que los autores, una vez catalogan su obra como ficción histórica (y no ensayo histórico), pueden contar lo que les venga en gana porque están en su derecho... pero eso no convierte en realidad lo que narran y el lector tiene que saber diferenciar por muy reputado que sea el autor.

Después de todo esta parrafada diréis que vale, que muy bien, pero que os hable del libro y a ser posible sin enrollarme más de la cuenta, y eso voy a hacer, que me está quedando largo.

La VI dinastía fue la última del Imperio Antiguo antes de dar comienzo al Primer Período Intermedio, así que es muy, muy anterior a las dinastías que han dado los nombres más famosos en el imaginario común del Antiguo Egipto (que suelen ser las dinastías XIII y XIV). Eso quiere decir que en esta novela no aparecen las ciudades o localizaciones más famosas relacionadas con este periodo de la historia, pero aun así choca que se designe a Abu como capital de Egipto cuando en esa época era Menfis... Este es de esos libros que creo que necesita muchas notas a pie de página, pero como no las tiene correré un tupido velo. El hecho es que estamos en Abu en un momento de celebración, nada menos que la coronación de un faraón, y en medio de este jolgorio ya se nos muestran los que van a ser los dos puntales del libro: la cortesana Rhadopis por un lado (que acude a esta entronización a modo de espectadora y que todavía no conoce al faraón) y la relación tirante del nuevo rey con los sacerdotes, ya que tiene pensado anexionar a la corona la mayor parte de los bienes de los templos para recuperar los regalos y dones otorgados por sus antepasados. Y estas dos cosas, Rhadopis y el conflicto con los sacerdotes, en apariencia divergentes, acaban convergiendo en el triste destino del faraón. Ya os digo arriba que solo estuvo un año en el trono, así que sorpresa ninguna, y spoiler tampoco.

Si os soy sincera, a mí me ha interesado más la parte política de la historia que la romántica, aunque entiendo su presencia en la novela porque es el vehículo que usa el autor para transmitir la introspección espiritual y la sensualidad tan características de su tierra y su herencia cultural. Así, conocemos a la cortesana Rhadopis, hermosa entre en las hermosas, que reúne en su palacio todas las tardes a sus muchos pretendientes, quienes hablan y dialogan entre ellos de lo divino y lo humano esperando el deseado momento en que su anfitriona elige con quien de entre todos ellos va a pasar la noche. Rhadopis es una mujer en apariencia fría, calculadora, carente de sentimientos y nada compasiva, pero en sus momentos de soledad, cuando se nos narra su pasado, cómo ha llegado a ser quién es ahora, sus miedos, su aislamiento y lo que espera de su existencia, conocemos a una mujer que simplemente juega al juego de la seducción y el dinero porque es lo que mejor sabe hacer... hasta que se cruza en su camino Mernerá y somos testigos de un apasionado instalove en toda regla en el que ella cae rendida a sus pies y se enamora por primera vez en su vida, y él decide pasar sus días en el palacio de su amada mostrándose negligente no solo con su esposa-hermana Nitocris, sino con su propio pueblo.

Aun así, Mernerá no pierde de vista su intención inicial, confiscar numerosos bienes de los templos y recuperar toda esa fortuna, pero comete un error que, a la postre, será su ruina: no usa ese dinero en provecho de su pueblo y su país, sino que lo derrocha a manos llenas en el palacio de Rhadopis y en regalos a la propia Rhadopis. Y los dos, ajenos totalmente al mundo exterior, egoístas y egocéntricos como si nada más importara en la vida salvo ellos y su amor, se sorprenden de la inquina y las revueltas cada vez más numerosas contra el faraón... y toman una decisión que ellos creen muy inteligente y muy avispada pero que solo es fruto de las mentes de dos personas que no son conscientes de la realidad, del peligro en que se encuentran ni de las consecuencias de sus acciones.

Como os decía, esta parte política, aunque tiene menos peso, me parece mucho más interesante porque además es usada por el autor para establecer similitudes con la situación política de Egipto en la época en que fue escrito. Fijaos que no coge a un faraón exitoso y bendecido por los dioses que otorgase gloria a Egipto y bendiciones, prosperidad y riqueza a su pueblo, sino que decidió darle protagonismo a un faraón que solo pensaba en sí mismo y en sus placeres y que se mostró indolente con sus tareas como rey y como gobernante de su pueblo. No os puedo contar qué ocurre para que su reinado llegase a su fin (según la versión de Mahfuz, os recuerdo), pero el ardid que traman entre Rhadopis y él choca frontalmente con lo que se esperaba de un faraón y sus muchos deberes para con su gente.

Rhadopis es una obra peculiar, sobria, parca en escenarios (el palacio de Biya, donde vive Rhadopis, y el palacio faraónico) de donde salen y entran un grupo escogido de personajes (a los ya nombrados Mernerá, Rhadopis y Nitocris, se suman Sufajatib, el ujier mayor, y Tahu, comandante de la guardia, además de algún otro personaje que no nombro y que tendrá su importancia bien avanzada la novela). El estilo de Mahfuz es lírico, cadencioso, sensual, sugerente y con una vertiente introspectiva cuando de los sentimientos y reflexiones de Rhadopis se trata. Prima sobre todo la relación romántica y apasionada entre la cortesana y el faraón porque alrededor de ella gira buena parte de lo que sucede en la trama, pero la vertiente política, aunque menos acusada y algo desaprovechada para mi gusto, es mucho más interesante tanto porque abre un marco a intrigas más que habituales en épocas faraónicas (lo de los sacerdotes con según qué faraones era el pan de cada día) como porque el autor las usa precisamente para asemejarlas a la política contemporánea a su época. No os voy a decir que Mernerá y Rhadopis me hayan caído bien porque no sería cierto (cada uno por motivos distintos), pero es que si fuesen de otra manera no pasaría lo que pasa en la novela y no derivaría en lo que deriva, así que p'alante con ellos y con su egoísta modo de vivir la vida (el autor intenta redimirlos un poco al final, pero conmigo no ha colado xD).
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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Videos de Naguib Mahfuz (2) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Naguib Mahfuz
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara tiene este año como país invitado de honor al Emirato de Sharjah, el tercero más grande de los que conforman los Emiratos Árabes Unidos y uno de los más progresistas de la región. Es la primera vez que se concede este espacio a un país del mundo árabe, que en estos momentos no cuenta con ningún autor vivo que haya recibido el Premio Nobel de Literatura en los últimos años (el último en recibirlo, en 1988, fue el egipcio Naguib Mahfouz). Uno de los candidatos a este premio en los últimos años es Adonis, autor de origen sirio muy reconocido y gran revolucionario de las letras árabes, que presenta en la FIL su libro Adoniada, de la editorial Vaso Roto. Adonis participará en la Feria leyendo extractos de algunos de sus libros.
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