La soledad del pianista

Mijaíl, un joven virtuoso del piano, decide pasar 15 días en casa de su nonagenario abuelo Vador. Mijaíl pretende preparar unos importantes conciertos que dará en París próximamente. Lo que no imagina el joven es que en esos quince días su abuelo le mostrará la verdad sobre su pasado, los secretos guardados durante años dejarán al descubierto un pasado familiar con un asesinato incluido.
Un naufragio, la Barcelona de principios del siglo XX, la inmigración, la Segunda Guerra Mundial y la música como nexo común nos llevarán a descubrir, junto con Mijaíl, la historia de dos familias: los Carreras y los Pascal, enfrentados pero unidos irremediablemente.

Me ha encantado la prosa de Maria Victòria Lovaina, dulce, cálida y tan melodiosa como el aroma musical que impregna todas las páginas de la novela. Pasado, presente y futuro se entremezclan en una narración pausada que a modo de sinfonía se divide en movimientos. Dos sagas familiares unidas por la música o más bien por el piano, profesores de piano, fabricantes de pianos y afinadores de piano forman parte de estas familias a las que iremos conociendo poco a poco. La cronología especial y la cantidad de personajes por situar hace que se exija un lector atento, personalmente yo hubiera agradecido un listado de personajes al comienzo de la novela, es cierto que encontraremos un árbol genealógico pero mirarlo supone adelantar acontecimientos al lector. En cualquier caso, la historia atrapa desde el principio y la he leído con gusto y ha mantenido mi interés desde el principio hasta el final.
La novela está ambientada en la convulsa Barcelona de principios del siglo XX, el auge industrial, los movimientos sindicalistas, el acomodado mundo de la burguesía que propicia un auge cultural, pero también se nos muestra como vivían las clases obreras, muchos eran hombres y mujeres llegados desde otras partes de España en busca de un trabajo que ciertamente no era difícil de conseguir, había muchas oportunidades en esa Barcelona plagada de fábricas de todo tipo. La autora introduce hechos y nombres reales que dan veracidad a la ambientación al igual que calles u otros lugares donde se emplaza la historia. La Segunda Guerra Mundial queda de fondo aunque sí afectará de manera determinante a una de estas familias.
La música de piano ambienta toda la novela en cualquiera de las épocas, tanto los Carreras como los Pascal han tenido el piano en sus vidas, de una forma o de otra les ha propiciado sustento, pero también placer y pasión en las notas que vuelan de sus teclas.
Una novela coral en la que conoceremos a todos los hombres y mujeres que forman parte de las familias Carreras y Pascal desde que Sindo Carreras y Mateu Pascal se conocen de manera fortuita después de un naufragio. Cada miembro de estas familias que irán entrelazando sus caminos a lo largo del tiempo, tiene su parcela en la historia, incluso el joven Mijaíl que puede parecer que su única labor es escuchar a su abuelo Vador tiene algo que mostrarnos. Me han gustado mucho todos aunque si tuviera que quedarme con alguno, creo que Vador y Octavi serán los que van a permanecer en mi memoria largo tiempo.

CONCLUSIÓN
"La soledad del pianista" de Maria Victòria Lovaina es una novela coral en la que conoceremos y descubriremos la vida y secretos de los Carreras y los Pascal en la Barcelona de principios del siglo XX, narrada con mucha belleza y con unos personajes inolvidables, me ha sorprendido muy gratamente y os la recomiendo.

“La soledad del pianista” es la última novela que ha escrito Maria Victòria Lovaina, una maestra y pedagoga que compagina la docencia con la escritura. Maria Victòria Lovaina ha diversificado su producción literaria pudiendo encontrar en su obra tanto cuentos y novelas como también narraciones breves, casi todos ellos galardonados con premios. Entre sus novelas encontramos “Amb ulls de nina” (Premio de Novela Joescric 2008), “Dietari de les Gorges” (Premio Palabras a Icària 2009) y “Pell de gat” (Premio Soler i Estruch 2012). Por lo que respecta a sus narraciones cortas podemos encontrar “Ernesta”, “Hivern a Roma”, “Veu de sucre”, “L'home que camina”, ganadoras de diferentes premios literarios.

“La soledad del pianista” narra la historia de dos familias (los Carreras y los Pascal) cuyos destinos se unieron tras el fatal desenlace que tuvo el Sirio, un barco que naufragó en la costa de Cartagena cuando se dirigía rumbo a Argentina. Entre su tripulación se encontraban Sindo Carreras y Mateu Pascal, dos jóvenes barceloneses en busca de un futuro prometedor en el Nuevo Mundo que vieron frustradas sus ilusiones pero que gracias al desastre marítimo del Sirio forjaron una enorme amistad a pesar de que sus vidas tomaron rumbos muy distintos: Sindo Carreras regresará a Barcelona donde se ganará la vida como pianista tocando en el Hotel Peninsular y en el cinematógrafo Belio-graff, y más tarde como maestro de señoritas de clase alta, mientras que Mateu Pascal viajará a Alemania, concretamente a Leipzi, donde aprenderá el oficio de afinador de pianos.

Como podréis apreciar, el piano será el instrumento que haga de nexo de unión entre ambas familias y es ahí donde ganan importancia los verdaderos protagonistas de esta novela: Mijáil Carreras Pascal, bisnieto de Sindo Carreras, y Vador Carreras, hijo de Sindo Carreras, entre quienes existe una conexión especial por su pasión y amor por el piano.

Mijáil, un joven pianista que vive por y para el piano, le ha pedido a su abuelo Vador pasar quince días en su casa de Vallvidrera para poder preparar a conciencia los tres conciertos que tiene que dar en primavera Sala Pleyel de París. Será durante este tiempo cuando Mijáil tratará de averiguar, qué ocurrió aquella tarde cuando, con tan solo tenía diez años, la recepción de una pequeña caja de madera remitida desde Alemania hizo saltar por los aires la supuesta armonía que hasta ese momento reinaba en su familia. Estas preguntas y conversaciones entre abuelo y nieto permitirán tanto a Mijail como al lector, a través de la voz del abuelo Vador, descubrir los secretos mejor guardados de la familia, las disputas más enraizadas y la verdadera razón del distanciamiento en la familia Carreras–Pascal.

“La soledad del pianista” nos traslada a la Barcelona industrial en auge de los primeros años del siglo XX retratando por un lado a la burguesía catalana que se instalaba en hoteles para escuchar música de piano en directo y por otro lado una clase obrera cada vez mejor organizada, reivindicativa y sindicalista.

“La soledad del pianista” es un relato de ficción salpicado de realidad donde las calles y los lugares en los que se emplaza la historia son reales así como también lo son algunos nombres propios y los acontecimientos históricos que se mencionan, como el atentado contra Cambó o la muerte del músico Enric Granados.

Como no podía ser de otra manera, “La soledad del pianista” está dividida en diez capítulos denominados “movimientos” como si se tratara de una sinfonía que, a su vez, se subdividen en otros capítulos más cortos que alternan el día a día de Vador y Mijail con las vivencias de los antepasados de la familia Carreras-Pascal, haciendo una novela muy coral.

Si alguna pega se le puede poner a esta novela es que se nos ha hecho un tanto repetitivo y monótono las conversaciones y discusiones mantenidas entre Vador y Mijail, además de que al principio de la novela, con tantos personajes por ubicar, existen momentos de confusión que propician que al lector le cueste engancharse con la historia.
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Mijail es un pianista que está preparando su próxima actuación. Para ello se traslada a pasar quince días a la casa familiar de Vallvidrera, la casa del abuelo Vador que tiene en la actualidad noventa años. Abuelo y nieto comienzan a hablar de asuntos familiares, Mijail le pregunta sobre una discusión que oyó cuando era un niño y que se le quedó grabada en la mente. El abuelo Vador va desgranando los recuerdos de toda una larga vida, recuerdos que no son solo de su propia vida sino incluso de la de sus padres. Y, con estos recuerdos, acabarán por salir a la luz secretos familiares largamente guardados.

“La soledad del pianista” es una saga familiar con música de fondo. Es, al mismo tiempo, un paseo por la historia de Barcelona de principios del siglo XX en adelante. A través de los recuerdos de Vador iremos descubriendo los secretos de dos familias, los Carrera y los Pascal. El auge económico de Barcelona, las guerras, la inmigración desde otras partes de España, la industrialización, la República…, la historia de un país pero sobre todo la de una ciudad en la que los contrastes eran enormes. Por una parte, tenemos la aristocracia y la alta burguesía que está sacando los beneficios de una industria pujante. Gente a la que le gusta vivir bien y que tiene gustos exquisitos: por ejemplo, las veladas amenizadas con música de piano en vivo. Por otro, las clases más desfavorecidas: los turnos interminables en las fábricas, las huelgas y protestas, la represión… Y en ese ambiente se mueven las dos familias protagonistas de esta historia a cuyos miembros une una pasión por la música y, sobre todo, por el piano: ya sea tocándolo, ya sea afinándolo, ya enseñándolo.

La ambientación espacio temporal es muy buena. La autora cita algunos hechos reales y los personajes, ficticios, se mueven por espacios reales y reconocibles. Y siempre, con música de fondo. La propia prosa de la autora me ha parecido muy musical, dotada de una especial cadencia. Reconozco que no sabía qué esperar de esta novela, tenía miedo de que quizás se centrase demasiado en la música. Pero, no, aunque la música es el escenario de fondo y el motor que mueve a los personajes, la historia en sí me ha resultado muy atractiva. Una historia de secretos familiares que incluye un asesinato. Los aficionados a este tipo de saga familiar disfrutarán muchísimo con una novela bien escrita, con unos personajes interesantes y una trama interesante y bien desarrollada.

La propia estructura de la novela es también musical pues se organiza en nueve movimientos más un finale. Cada movimiento está a su vez dividido en capítulos, con un total de treinta y seis. Es un narrador omnisciente quien nos cuenta los entresijos de la acción, algo imprescindible en una novela coral como la que nos ocupa. Sólo se apartan de esta regla las transcripciones ocasionales de extractos de una agenda de tapas negras del año 1917 que están escritas en primera persona por un narrador que os invito a descubrir.

“La soledad del pianista” es una novela coral en la que hay bastantes personajes. al principio me costó un poco hacerme con ellos y situarlos a cada uno en su lugar y su época pero, una vez aprendido quién era quién, todo avanzó de manera fluida.

María Victoria Lovaina hace gala de una prosa cuidada y elegante con un regusto muy musical. Escrita con buen ritmo –adagio quizás, por seguir con las metáforas musicales- , la trama mantiene el interés hasta el final. Un final en el que todo queda colocado en su lugar de manera sumamente satisfactoria.

Conclusión final

He disfrutado mucho leyendo “La soledad del pianista”. Una bella saga familiar donde la música del piano es el hilo que une a todos los personajes y acontecimientos. Os la recomiendo.
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Esta novela llegó por sorpresa a mis manos y no sabéis cómo me alegro porque de otra forma, agobiada como siempre por las mil lecturas pendientes, puede que la hubiera dejado pasar y me habría perdido una novela de la que me ha gustado absolutamente todo. Hoy os hablo de la soledad del pianista.
Mijaíl es un joven pianista que tiene una relación muy especial con su abuelo Vador, que acaba de cumplir 90 años, y por eso, cuando tiene que preparar los conciertos que interpretará en una sala de París se traslada a su casa en Vallvidrera. de la mano de Vador y sus recuerdos viajaremos a la Barcelona de principios del siglo XX y conoceremos a dos familias, los Pascal y los Carreras, que quedaron para siempre unidas en la tragedia y atrapadas por los secretos.
No solo personajes de carne y hueso habitan las páginas de esta novela coral, sino que el piano y la música son protagonistas de una historia en la que se respira amor por la música en cada uno de sus capítulos al tiempo que explora temas como la búsqueda de la identidad y la importancia del conocimiento del pasado, de nuestras raíces. La soledad del pianista se estructura cual sinfonía en diez movimientos en la que pianistas, afinadores y fabricantes de pianos conducen al lector desde el año 2000 hasta aquella Barcelona agitada de principios de siglo en la que las dos familias lucharon por labrarse un futuro.
Saltando entre pasado y presente sin confusión alguna, María Victòria Lovaina nos deleita con una prosa que se antoja mecida al arrullo de un Nocturno de Chopin. Esta es una de esas novelas que se disfruta tanto por su contenido como por su evocadora narrativa, haciendo gala la autora de un estilo elegante y pausado por el que dejarse llevar e invitando continuamente al lector a disfrutar de la música que en sus páginas se interpreta. Yo, que necesito normalmente silencio a mi alrededor para leer y que jamás escucho música mientras lo hago, he caído en esta ocasión en la tentación de acompañarme por conciertos de piano en un tono muy bajo.
Mención especial merece la ambientación en aquella convulsa Barcelona en la que la industria avanzaba con prosperidad y la burguesía que visitaba la ciudad se alojaba en hoteles con pianistas que amenizaran sus veladas. Por contraste, nos ofrece también la Barcelona de la clase obrera en la que van creciendo las reivindicaciones y la lucha sindical y en la que los atentados anarquistas empezaban a ser demasiado comunes. Para mayor veracidad al relato, la autora salpica toda una trama ficticia con detalles de realidad con algunos lugares emblemáticos de la ciudad y con acontecimientos históricos como la muerte de Enric Granados.
En definitiva, La soledad del pianista es una magnífica novela coral habitada por personajes muy bien trazados, algunos de ellos inolvidables, y narrada con una prosa bella y elegante. Una musical novela que no dudo en recomendaros.



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Una novela histórica con grandes secretos familiares que nos recorre Barcelona desde principio del siglo XX hasta nuestros días.
Tenía todo para gustarme pero no me ha acabado de atrapar. Os cuento.
La novela está protagonizada por un pianista Mijaíl, en realidad toda su familia tanto paterna como materna está relacionada con la música de algún modo. La novela como resultado de esto tiene una cadencia musical extraordinariamente plasmada pero para mí lenta, demasiado lenta y únicamente en momentos muy concretos se convierte este ritmo en presto, hablando en términos musicales, rápido. Esto hacía que perdiese interés en una narrativa demasiado pausada para mi gusto.
El siglo XX fue un tiempo de grandes movimientos y revueltas en España por lo que me extraña, más todavía si cabe, el ritmo de esta novela que recoge nuestra historia a la par que la de las familias protagonistas.
La obra tiene saltos continuos entre pasado y presente haciéndonos partícipes de la vida de las diferentes generaciones de la familia cosa que podría haber dotado de rapidez la novela. La nomenclatura de los capítulos continúa la musicalidad de la novela, son Movimientos. Y para que no nos perdamos entre parentescos, al principio de la novela la autora plasma un árbol genealógico que nos vendrá muy bien, aporte que me ha encantado.

Me ha gustado la forma de escribir de esta autora, aportes momentáneos, y la trama en sí. Pero como os digo no el ritmo de la novela. Si os gustan este tipo de novelas y un ritmo pausado os gustará seguro.
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