En este libro vamos a conocer a Kathy y Asher. Ellos fueron los mejores amigos durante los años que compartieron en aquel orfanato que los vio crecer. Desaparecieron de la vida del otro de forma abrupta, pero el destino decide juntarlos casi veinte años después, cuando ya han dejado de ser esos niños del pasado. ¿Tendrán la oportunidad de volver a conectar, ahora que son dos personas totalmente distintas? A mí este libro me ha parecido maravilloso. Desde ver el reencuentro de estas dos personas que se quisieron tanto, ver cómo vuelven a conocerse y aprenden a confiar el uno en el otro, hasta conocer cómo han sido sus complicadas vidas después de su abrupta separación. Se tratan algunos temas duros con su debida y merecida delicadeza, la trama es adictiva y se lee sola, y hay algún que otro giro que me ha dejado MUY sorprendida. Los personajes me han enamorado; Asher, que es un hombre despreocupado, algo gruñón y persistente (a veces incluso demasiado), y Kathy, que es valiente, desconfiada y bastante inteligente. Tienen una complicidad muy bonita y tienen una evolución muy necesaria a lo largo del libro, lo cuál me ha encantado. Y no me olvido de Jason, Jess, Liam, entre otros, que son personajes imprescindibles de este libro. La pluma de Aitana es canelita en rama. No sé si puedo ser del todo objetiva con ella, ya que es mi amiga, pero es que a mí me encanta; es fresca pero cálida a la vez, ligera y con puntitos intensos que me maravillan. En resumen, “Siempre tendremos Nueva York” es un libro de reencuentros, secretos, amistad, pasados complicados y evolución, con unos personajes que se meterán bajo vuestra piel y os enamorarán desde el principio. Por supuesto, lo recomiendo un montón. + Leer más |