Yo, precario

De alguna manera, he vendido mi alma. Lo hice el día que el trabajo se convirtió en algo más importante que ser lo que quiero ser, que mis sueños de juventud, que mis sueños de madurez.

Este libro vuelve por la triste y simple razón de que la precariedad nunca se fue. se transformó, mutó, se digitalizó, pero siguió manteniendo su esencia. El yo, precario regresa porque ya se sabe lo que pasa donde hubo fuego.

Voy a trabajar después de un largo caminar por ese desierto indeseable que es el paro, un desierto que rebaja tu autoestima hasta los huesos de los huesos.