InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest

Dolores Vilavedra (Otro)Mario Merlino (Traductor)
ISBN : 8478446117
504 páginas
Editorial: Ediciones Siruela (30/11/-1)

Calificación promedio : 5/5 (sobre 1 calificaciones)
Resumen:
Aún no tenemos la descripción del editor en nuestra base de datos (contraportada)
Añadir la descripción del editor

También puedes contribuir a la descripción colectiva redactada por los miembros de Babelio.
Contribuir a la descripción colectiva
Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Críticas, Reseñas y Opiniones (1) Añadir una crítica
Guille63
 13 March 2023
Esta novela lleva por subtítulo POEMA, y, como ya dije en otro sitio, Lobo es lo más cercano a la poesía que soy capaz de disfrutar (Woolf también está por ahí cerca y Faulkner). Me cuesta entrar en ese mundo lírico, como me es a veces difícil penetrar en la literatura de Lobo, y aun así, cuando lo consigo, y al final (casi) siempre lo consigo, es como uno de esos libros con dibujos en 3D llenos de láminas con puntitos aparentemente sin sentido que de pronto, en un segundo, algo hace click en la cabeza y todo se reordena para mostrarnos lo que parecía imposible.

Hay que tener paciencia, no se puede entrar con prisas en la noche oscura que es esta difícil novela, y una de las grandes del autor, en esta bruma o niebla que se va disipando lentamente, nunca del todo, para dejarnos entrever los perfiles de esas cosas que parecen vivas (fichas avarientas, teléfonos que gritan, asientos que sueñan con tapiceros, vestidos que se arrastran, alhelíes de puntillas…), de esas personas que parecen muertas (Leopoldina, el viejo con tiza en la solapa, la muchacha con la llave en la mano, el hombre del cigarrillo encendido, la inválida, la niña huérfana…). Muchas imágenes en apariencia caóticas, desordenadas, como esa colección de fotografías descoloridas y rasgadas encontradas en el desván con las imágenes de personas de otra época, anónimas algunas, casi desconocidas otras o apenas distinguibles o solo intuidas en su parte rota.

Piezas de un puzzle en el que, sin imagen que nos guie, estamos obligados a ir probando su encaje no siempre posible. Un puzzle en el que van apareciendo lugares como Mozambique antes de la culata de ametralladora, con sus pavos reales también en Estoril, donde su padre, olor a pobre, traficante de armas, en una cama de hospital, muerto o no; donde su madre, odiando el olor a pobre, su bolso con pañuelo y rosario, con el chofer, ya no con el general; su hermana, tan guapa, tan rubia, tan blanca, sepultada en la revista de decoración, con los bombones que no come, con los espejos que engordan; el abuelo y la abuela, unos espantajos, y la ímbécil de Adelaide… o solo inventos, fantasías, mentiras, historias para que el psicólogo utilice el bloc y no muerda la pluma. También Tomar, siempre hay luna en sus noches, Murtal y las camionetas con destino al Algarve o Galicia, Alcabideche o Birre, Sagres, donde se resuelven las cuestiones, las dunas de Guincho, el olor a pobre de Alcoitao, el sótano en Algés, Leiria…

“…al décimo cigarrillo sin hablar de Leiria o de la edad o de enfermedades, sin ningún beso ni brazo cogido del mío puesto que todos los desconocidos me parecían vecinos que también se entretenían con silencio y mariscos… al décimo cigarrillo en el que se apagaron noviazgos con el tacón volvimos a Alcoitao cada cual es su asiento de autobús, él todo agobios junto al conductor, yo más atrás pensando en mi abuela y Leiria imposibles, la cama con dorados, tal vez un perro, por qué no un perrito que alegre la casa, muebles elegidos por mí, una alianza con el nombre y la fecha y me dieron ganas de llorar, los agobios junto al conductor y Leiria de nuevo, muebles lacados, un pequeño patio, el perro… los agobios bajaron antes que yo cuando las farolas de la calle crearon la noche y balcones encendidos, la puerta chirrió al cerrarse llevando consigo la alianza y el perro…”

Palabras al revés o cortadas, palabras que se omiten en medio de una frase, letras que no aparecen en medio de una palabra, frases que se repiten dos párrafos después, frases que niegan otras frases, puro Lobo, que van recogiendo recuerdos, fantasías, sueños, mentiras, miedos, peligros, advertencias, catástrofes, penurias que convergen en la invención o en la imagen de la ceniza de un puro o en una cucharada de sopa. Figuras que quedan atrás o en los lados, el presidente Krüger, yugoslavos, negros, árabes, el psicólogo, el médico cerca de las rodillas de la hermana, la enfermera cerca de su padre, el abogado, el judío, el chofer, el jardinero, las criadas acechando tras las cortinas, limpiando lo ya limpio, ordenando lo ya ordenado…

“… la gratitud, Dios mío, el teatro de los pobres… esa forma que ellos tienen de retorcerse entre cólicos de disculpa… no se preocupan los unos por los otros, en eso son diferentes de nosotros…ni una lágrima, ni una queja, pobres, no se dan cuenta, no sufren como nosotros, no sienten a veces…me pregunto si tendrán alma… nuestra burrada es que las tratamos como personas y no son personas, como nuestras iguales y no son iguales, casi criaturas de Dios, casi parientes, casi amigas y no son criaturas de Dios ni parientes ni amigas, faltas de educación, decepciones, disgustos, no reconocen lo que les damos, la generosidad, la paciencia y ellas para colmo hablan mal de nosotros después de robarnos, se ríen sin causa y lloran sin motivo…infelices a quién mi abuelo no miraría un segundo…”

Y, por supuesto, María Clara, Clara, Clariña, el hombre de la casa, hija, nieta, hermana, esposa, quién sabe qué más, inventando tantas cosas en el diván del psicólogo, “mi madre tal vez, mi padre sin duda”, escribiendo en su diario antes de que llegue su marido, el hijo acostado, lo que ocurrió segundo a segundo en los últimos diez años, fabricando pasados en los que sentada en la mecedora del desván, hurgando en baúles, en el bolso sobre el arcón, empezando a saber, detestando las camas sin hacer, las cremas sin tapa, maleducada, caprichosa, “al fin y al cabo no somos pobres, no debemos en la carnicería, no nos han cortado la luz y nos respetan”, modales de criada, “¿Te has dado cuenta de lo fea que eres?”, su hermana es otra cosa. Mintiendo.

“… mi madre y mi padre me duelen por dentro, mi hermana me duele por dentro, yo me duelo por dentro y por dolerme por dentro invento sin parar esperando que imagine que invento y en cuanto imagine que invento y no crea en mí me vuelvo capaz de ser sincera con usted…”

Todo emerge como de un sueño, de un delirio, con la sorpresa de que nada pasó como creían, una pesadilla de dibujos en 3D llenos de puntitos aparentemente sin sentido que de pronto, en un segundo, algo hace click en la cabeza y todo se reordena para mostrarnos lo que no ocurrió, lo que nunca debió ocurrir, lo que, a pesar de todo, ocurrió y no ha terminado.
+ Leer más
Comentar  Me gusta         00
Libros más populares de la semana Ver más
Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro


Lectores (1) Ver más




Test Ver más

¿Conoces Bajo la misma estrella?

¿Cómo se llama la protagonista del libro?

Peter Van Houten
Hazel Grace Lancaster
Liesel Meminger

7 preguntas
405 lectores participarón
Thème : Bajo la misma estrella de John GreenCrear un test sobre este libro