La nariz de Moritz

Moritz Nape, un cartero amable y tranquilo, sufre un fuerte constipado y, a partir de ese momento, es capaz de oler todo, se levanta con un olfato capaz de percibir, no solo olores, sino también objetos escondidos, alegrías, tristezas, miedos... Lo que, en un principio, es una agradable novedad para Moritz, pronto se convierte en una pesadilla. Muchas personas se quieren aprovechar de ese talento: una banda de ladrones le exige que les ayude en los robos, un mago ambulante pretende que le ayude para estafar a sus espectadores... Moritz comprueba que su vida se va complicando de modo extraordinario. Incluso la chica que le gusta, la señorita Liane -una compañera del trabajo- se empeña en que utilice ese poder para progresar económicamente, aunque él está contento con su vida. Un día, en una excursión en canoa junto con su amiga Dula -una niña de nueve años- se constipa de nuevo y pierde su extraño poder. Moritz se pone muy contento, ya que recupera su tranquilidad, aunque comprueba que la señorita Liane solo quería estar con él porque solo le interesaba las ventajas que podía tener con su olfato. Al final, el cartero vuelve a su antigua vida cuando los ladrones comprueban que ya no tiene ese poder.