Ese hombre al que el espejo de la lluvia, en la montaña, devuelve sin embargo la memoria de lo que siempre ha sido: un hombre perseguido y solitario. Un hombre acorralado por el miedo y la venganza, por el hambre y el frio. Un hombre al que incluso se le niega el derecho de enterrar el recuerdo de los suyos.
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