A corazón abierto

A corazón abierto (2020) es el primer libro que leo de ella, es un libro testimonial con una excelente escritura que derrocha inteligencia emocional. En el libro, la autora trata de comprender a sus padres reviviendo su vida y tratando de entender, sin juzgar; lo que es un ejercicio difícil que aquí se hace más llevadero con el humor de Elvira Lindo. El libro fue considerado mejor libro del año 2020 por los libreros de Madrid.

El padre es una figura fuerte, fue un niño de la posguerra que llega a Madrid sólo con a penas 8 años para vivir con una tía enfermera, soltera, que él llamará la Bestia. Los padres simplemente no tenían para darle de comer a los hijos. Fue tan mala la vivencia con la tía, que el niño de sólo 9 años se las ingenió para partir en tren hacia Aranjuez donde lo acogieron otros parientes. Se sabe que la personalidad se construye en la infancia y que los traumas quedan ahí, latentes. Es evidente que un niño de tan tierna edad cuya madre se desprende así de él ,va a desarrollar un sistema de defensa, de búsqueda permanente de apreciación, de empatía. Así el futuro padre de Elvira Lindo se transformó en un ente estrafalario, extravertido, delirante, que toda su vida buscó el amor, la dominación, la cercanía ficticia de los bares, el tabaquismo convivial y que con todo eso, hizo de las vidas de los suyos, un ejercicio difícil. Pero el hombre se hizo solo, trabajó toda su vida para darles cierta holganza y hasta estudió leyes cuando tenía 4 hijos.

La madre sufría de estenosis mitral que se complicó de insuficiencia cardíaca, con una calidad de vida muy limitada.

Sus padres se amaron y luego se alejaron. La madre debió operarse « a corazón abierto » en aquellos años en que no era algo corriente y quedó fragilizada hasta su deceso cuando la autora era apenas una adolescente.

La adolescencia fue difícil, siempre es difícil, pero aquí hubo algo más de dolor y de incomprensión.

El final del padre bebedor y fumador impenitente fue duro, pero él asumió hasta el final su destino de prototipo del español de barrio con los bares, el humo, la virilidad, el mando. Y los hijos estuvieron presentes.

¿Acaso existen las familias felices? La felicidad surge a pincelazos, el resto es una adaptación permanente.

Sí, Elvira Lindo se dio a corazón abierto.
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Dependiendo de lo felices o desdichados que seamos en nuestros hogares, podemos tender o, bien, a idealizar a nuestra familia o, muy por el contrario, a presentarla como un verdadero lastre, como el origen de todas nuestras desgracias.

Claro, aquí también entra en juego la distancia que hay entre lo que queremos narrar y el tiempo en el que aquello sucediese. Y, obviamente, está la cuestión de si en nuestras vidas actuales se encuentran presentes las personas de las que vamos a hablar o no.

Así, entonces, podríamos fácilmente caer en el error de satanizar y exagerar los defectos de los nuestros, si nos encontramos padeciéndolos en el momento en el que elegimos hablar de ellos; o en el de divinizarlos y enaltecerlos, por el simple hecho de ya no tenerlos entre nosotros.

Y, bueno, en esta obra ciertamente Elvira Lindo pudiera haberse decantado por la segunda opción, y mostrarnos, de ese modo, un retrato harto bondadoso para con sus padres, al haberse enfrentado hace relativamente poco a la pérdida de su progenitor. Sin embargo, aquí Lindo, lejos de brindarnos aquella imagen perfecta y poco creíble de la familia con la que ya no le es dado convivir, lo que hace es contarnos sucesos y anécdotas de una familia real e imperfecta en la que no había villanos ni héroes.

En esta obra la autora hace una especie de homenaje a sus padres, a la vez que un ejercicio terapéutico y, esto, sin dejarse nada en el tintero... Porque, bueno, no hay nada suficientemente personal, vergonzoso ni doloroso para que Lindo no lo exponga en este libro, a través de una prosa hermosa y emotiva, que presenta incluso lo triste como algo tremendamente bello, sin lo que su vida no hubiese sido lo mismo y sin lo que no sería la mujer auténtica que es hoy.

Una historia que nos muestra que nadie es perfecto, que todos tenemos flaquezas y que no deberíamos juzgar tan duramente a los que amamos y a los que nos aman, porque todos queremos de formas distintas, herimos, somos heridos y proyectamos en los otros tanto las luces como las tinieblas que tenemos dentro, como producto de experiencias pasadas.

Puntuación: 4/5

Interesante, amena, sentida y muy, muy recomendable.

Elvira Lindo nos emociona con su nuevo trabajo, 'A corazón abierto', la historia novelada del matrimonio de sus padres con sus alegrías y tristezas. Una novela movida por el amor de unos hijos a sus padres y el recuerdo de esos buenos e inolvidables momentos compartidos, así como de los malos, que también llegan en la vida.

La autora, a través del uso magistral de las palabras que la lleva caracterizando desde el inicio de su carrera, nos cuenta la vida de su padre y el paso de los años desde su infancia. Una vida donde la soledad y la melancolía son las protagonistas hasta su matrimonio y la llegada de sus hijos, donde encontrará lo que había estado ausente en su vida: la compañía y el cariño.

Una obra entrañable, digna del orgullo que una hija profesa a sus progenitores, mostrando sus virtudes y defectos, pero siempre desde el más sincero afecto.

Soy una enamorada de su marido. Antonio Muñoz Molina me tiene entre sus fieles seguidoras desde hace muchas décadas. A ella la conocía sólo vagamente, simplemente por ser su mujer y verla en algún documental o leyendo alguna entrevista, pero no por su obra literaria.
El libro ha supuesto el descubrir a Elvira persona y no personaje a la sombra de… Puestos a inventar la imaginaba una mujer bastante distinta a la que se describe en este libro diría que biográfico. Tiene rebeldía y un carácter bastante más fuerte que el que su físico y su voz, suave y tranquilo, reflejan al exterior.
Hay que ser muy valiente para desnudar así su vida y su intimidad familiar. Aunque explícitamente no habla de infelicidad en su infancia y juventud, sí que por lo que cuenta su gran imaginación fue la que suplió la soledad en la que vivía.
No sé cómo les hubiese sentado a sus padres la imagen que plasma en el libro de ambos. Supongo que mal. A nadie nos gustan los reproches ni que se señalen nuestros defectos, pero creo que el escribir sobre ellos y sobre su infancia y adolescencia le ha servido como terapia para sacar fuera el dolor que le pudiese quedar aún por no sentirse plenamente querida. No sé hasta que punto esa figura paterna autoritaria y excesivamente social influyó para que buscase una pareja totalmente opuesta. Evidentemente no conozco a Muñoz Molina de nada, pero en apariencia es extremadamente tímido, al que le gusta pasar desapercibido y no se vanagloria de sus logros. También es una persona con un tono de voz bajo y al que las situaciones conflictivas le producen rechazo. Su padre era la antítesis. Eso no significa que fuese malo, pero era un carácter, por lo que cuenta Elvira, realmente apabullante.
También nos habla de su madre, de su frágil salud y de su relación de amor-odio tanto con su marido como con sus hijos.
Es un libro que toca temas tan íntimos que no sé hasta que punto yo hubiese sido capaz de abrirme así en canal y contar al mundo mis alegrías y mis miserias familiares. Eso sí, siempre intenta justificar lo malo que pueda escribir sobre sus progenitores describiendo como pudieron forjarse esos caracteres en una época de postguerra.
Está muy bien narrado, aunque a veces he tenido la sensación de que se repetía y daba vueltas una y otra vez sobre un mismo asunto.
Me ha gustado, aunque me haya quedado con sentimientos enfrentados, (aunque nunca por la novela en sí, sino por el hecho de si éticamente es correcto o no el haberla publicado). No soy quien para juzgar y si a ella psicológicamente le ha venido bien se lo aplaudo. También he pensado que es un acto de reconciliación con las figuras materna y paterna. Ojalá y cierre heridas y capitulos de su vida.

Elvira Lindo profundiza en sus raíces familiares —principalmente su padre y su madre—, y lo hace de una manera valiente y compasiva reconociendo en sus recuerdos y sus experiencias no sólo la cara bonita, sino también debilidades, errores y conversaciones no iniciadas. En pocas páginas dibuja su árbol genealógico, su bosque familiar y los hilos invisibles que condicionaron sus vidas... Una vida familiar marcada por múltiples traslados, pero profundamente enraizada en la autora.

Si queréis hacer un ejercicio para recordar parte de vuestra historia y de la España de vuestros abuelos y padres, os recomiendo este libro, muchos de nuestros recuerdos y valores vienes de esa parte de la sociedad española. Y creo que lo que estamos viviendo debería servir para reflexionar.