El año de gracia

¿Cómo le decimos adiós a nuestra niñez?

En este bosque oscuro, en este lugar maldito, hemos encontrado una brizna de gracia.

Duerme, mi niña. Sueña con una vida mejor. Una vida de verdades.

Con el tejido oscuro y va poroso de sus ropas hinchado por el viento en torno a su figura, parece el ángel de la muerte. Sin nombre. Sin rostro. Pero ¿no es así precisamente la muerte?

Puedes conservar tus sueños. Pero yo sólo sueño contigo.

No te fíes de nadie. Ni siquiera de tí misma

El verso suelto soy yo.
Esta noche, me he convertido en esposa.
Y todo, porque un chico así lo ha querido.

Tendrás que aprender a controlar ese genio. [... ] Ya te va a resultar bastante duro de por sí sin que le añadas nuevas complicaciones, pero todo puede cambiar con una semilla de bondad.

Si nos mantuviéramos unidas, no tendrían más remedio que escucharnos.

No estar conforme con tu naturaleza, con lo que todo el mundo espera de ti, te condena a una vida de lucha constante.