El Señor de la Noche

Supremo entre esos poderosos demonios era Azhrarn, El Señor de la Noche, que desencadenaba pesadillas en la Tierra, traía el deseo y el peligro a aquellos a quienes le divertía visitar, y podía conceder maravillas y crear horrores indecibles.

Un cuento que es más que un simple cuento, historias repletas de dolor y de belleza, entrelazadas de forma magistral y que te sumergen en un mundo cruel y mágico.

Tanith Lee logra, en esta obra, transportarte a lugares llenos de decadencia y atrocidad que a su vez te seducen de forma irremediable gracias a sus personajes que, en muchas ocasiones, son brutales y delicados al mismo tiempo.

Sufres, te enfadas y te asombras a partes iguales, como en un sueño oscuro te dejas llevar y te arrastra a esa tierra en parte onírica en parte humanamente despiadada.

No vas a poder evitar pensar en "Las mil y una noches" ya que adquiere ese punto de cuentos de Oriente Medio, pero la narración de Lee te sumerge en algo más profundo y retorcido, bien hilado y con un sentido extraordinario que no parece tener al principio, realmente deja en tu corazón un puntito oscuro que va creciendo al pasar los días y que te hace desear que hubiera mil EL SEÑOR DE LA NOCHE y que nunca se terminara.

Tenía muy pendiente hablaros de uno de mis grandes descubrimientos de este año, y es que leer a Tanith Lee ha sido toda una experiencia.

“El señor de la noche” es un libro de relatos donde conocemos diferentes historias que están conectadas entre sí tanto porque se ambientan en el mismo universo como por su personaje principal, Azhrarn, el príncipe de los demonios y gran protagonista de esta obra.

El estilo narrativo de la autora es onírico y las historias recuerdan muchísimo a los clásicos cuentos de hadas. Pero no esperéis héroes y princesas con finales felices. Los relatos se parecen más a las viejas leyendas y a los cuentos de los hermanos Grimm, llenos de sexo, violencia y muerte, todo ello bajo una atmósfera oscura pero a la vez muy rica y pomposa.

Azhrarn se divierte castigando, y lo hace con todos por igual: los buenos y malos, los que caen bajo su hechizo y también, los que se le resisten. Este estilo de fantasía tan sombría y lóbrega se contrarresta por una exuberante riqueza: el paisaje está lleno de flores, frutas, piedras y metales preciosos. Todos los personajes principales son bellos, ya sean inocentes o culpables.

Está tan bien escrito que es fácil introducirse en ese mundo que sigue sus propias reglas, donde la belleza y el horror se encuentran uno al lado del otro en la tierra, con los maravillosos palacios del Inframundo y todas sus criaturas malvadas haciendo lo que mejor saben hacer.

El señor de la noche es la fantasía clásica en su máxima expresión, escrita de una manera que me transportaba a los cuentos mitológicos y de hadas de mi infancia. La construcción del mundo es orgánica e inventiva, cada capítulo es una historia independiente que se funde a la perfección con el siguiente y los anteriores. El personaje que los conecta es el señor de los demonios, Azhrarn, quien reside en el Mundo Inferior y cuyo pasatiempo favorito es hacer el mal. Por ello, periódicamente sube a la superficie para sembrar el caos o mantener relaciones sexuales con humanxs. Pero lo que en un principio puede parecer un villano, con cada capítulo descubriremos más sobre su naturaleza.

Hace mucho tiempo, cuando la tierra todavía era plana (El señor de la noche es la primera entrega de la serie Flat Earth), los humanos vivían en el Mundo Superior, mientras que los dioses benévolos que los crearon habitaban los cielos, alejados e indiferentes a los sufrimientos de sus criaturas. Quienes sí que prestaban atención a los habitantes de la Tierra eran los demonios que residían en la ciudad incrustada de gemas del Mundo Inferior. Estar al antojo de demonios crueles e impulsivos hizo que los tiempos fueran aterradores, repletos de odio, mal y dolor. Ahzrarn es el más orgulloso y el más poderoso de todos. La primera historia es la del hermoso niño humano huérfano del que se apiada y al que se lleva consigo al inframundo. A partir de esta, en apariencia, buena acción, el destino de la Tierra cambió para siempre.

El señor de la noche es oscuro y macabro, pero también lleno de pasión y con una narrativa lírica y exuberante. No encontraréis héroes con los que empatizar, pero sí sentiréis el declive de la civilización y observaréis cómo la desesperanza se apodera de los corazones cuando un demonio caprichoso y despiadado ejerce su magia contra lxs humanxs impotentes y juega con sus destinos y mentes. Y sí, hay mucha belleza, porque los demonios la aman, y así nos describe Tanith Lee cada uno de sus personajes y escenarios, con esmero en lo visualmente atrayente y deslumbrante. Haceos un favor y leedla.

En un tiempo en el que los demonios habitan en cavernas y afectan a los humanos, el más poderoso entre ellos, el señor de la noche, Azhrarn, interviene en la vida de las personas, conduciendolas a finales inciertos.

En este libro encontramos una serie de relatos que tienen como hilo conductor la intervención de Azhrarn. Se podría decir que se divide en tres libros independientes con relatos que siguen un orden cronológico dentro de cada uno de esos libros, siendo el señor de la noche una constante en cada una de las historias.

La autora nos traslada a un mundo de influencia oriental que, en algunos momentos, recuerda a las historias de Las mil y una noches.

Todos los relatos tienen un tinte oscuro y, se podría decir, que también tienen algo de fábula, con una moraleja clara: no te fíes de los demonios.

La autora juega mucho con la oscuridad de los corazones humanos, así como con la sexualidad, que tiene una gran importancia a lo largo de los relatos; usa el sexo como algo instintivo e incluso como un arma para lograr un fin, pero lo emplea sin que resulte vulgar, en su justa medida y de una forma seductora.

He disfrutado muchísimo de este libro y de todos sus relatos. Eso de que sean una serie de "cuentos" independientes, que tengan como conexión a Azhrarn me ha parecido una maravilla. El tono oscuro de cada relato, cómo los humanos se condenan o luchan contra las tentaciones demoníacas; como Azhrarn emplea su persuasión y sexualidad para influir en las vidas de los demás... Es que es una maravilla de libro.

Incluso, en algunos momentos, te deja reflexionando al finalizar algunas historias sobre la naturaleza humana y sobre tomar decisiones, lo cual me parece muy interesante.

Azhram es el principe de los demonios y es el señor del Mundo Inferior, una tierra donde resplandecen las luces de los palacios y habitan los seres más crueles y misteriosos. Pero Azhram no sólo habita ese mundo oscuro, sino que acostumbra a subir a la superficie, donde viven los humanos, y se entretiene jugando con las vidas de los desgraciados mortales que se cruzan en su camino. Azhram es también señor del deseo, la venganza y la codicia, y nunca deja nada al azar.
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La historia de El Señor de la Noche es la historia de Azhram y de su poder de seducción sobre todos los seres de la creación, sobretodo de los humanos. Estamos ante un cuento oscuro y lleno de matices, donde cada historia está relacionada con otra, donde lo que comienza con el deseo o la esperanza de alguien acaba sellando el destino de un tercero, sin opciones ni oportunidades, porque su camino ya lo ha elegido El señor oscuro, y éste raramente da segundas oportunidades.
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Cuando leía este libro he recordado otro de Angela Slatter, Masa Madre, que leí hace unos meses. Ambos tienen en común ese cuento tradicional al que se le ha despojado del toque adoctrinante y edulcorado para mostrar la parte más oscura y carnal de los seres que viven entre sus páginas. Yo nunca he sido de cuentos de hadas, pero reconozco que estas versiones sombrías son más de mi interés y si vosotros pensáis lo mismo seguro que vais a sacar buena punta a estas historias. En el caso de Tanith Lee el descubrimiento ha sido todo un flechazo, sobretodo por el tono mágico y sensual que envuelve toda la obra y que hace que una vez dentro no desees salir.