El Señor de la Noche

El señor de la noche es la fantasía clásica en su máxima expresión, escrita de una manera que me transportaba a los cuentos mitológicos y de hadas de mi infancia. La construcción del mundo es orgánica e inventiva, cada capítulo es una historia independiente que se funde a la perfección con el siguiente y los anteriores. El personaje que los conecta es el señor de los demonios, Azhrarn, quien reside en el Mundo Inferior y cuyo pasatiempo favorito es hacer el mal. Por ello, periódicamente sube a la superficie para sembrar el caos o mantener relaciones sexuales con humanxs. Pero lo que en un principio puede parecer un villano, con cada capítulo descubriremos más sobre su naturaleza.

Hace mucho tiempo, cuando la tierra todavía era plana (El señor de la noche es la primera entrega de la serie Flat Earth), los humanos vivían en el Mundo Superior, mientras que los dioses benévolos que los crearon habitaban los cielos, alejados e indiferentes a los sufrimientos de sus criaturas. Quienes sí que prestaban atención a los habitantes de la Tierra eran los demonios que residían en la ciudad incrustada de gemas del Mundo Inferior. Estar al antojo de demonios crueles e impulsivos hizo que los tiempos fueran aterradores, repletos de odio, mal y dolor. Ahzrarn es el más orgulloso y el más poderoso de todos. La primera historia es la del hermoso niño humano huérfano del que se apiada y al que se lleva consigo al inframundo. A partir de esta, en apariencia, buena acción, el destino de la Tierra cambió para siempre.

El señor de la noche es oscuro y macabro, pero también lleno de pasión y con una narrativa lírica y exuberante. No encontraréis héroes con los que empatizar, pero sí sentiréis el declive de la civilización y observaréis cómo la desesperanza se apodera de los corazones cuando un demonio caprichoso y despiadado ejerce su magia contra lxs humanxs impotentes y juega con sus destinos y mentes. Y sí, hay mucha belleza, porque los demonios la aman, y así nos describe Tanith Lee cada uno de sus personajes y escenarios, con esmero en lo visualmente atrayente y deslumbrante. Haceos un favor y leedla.