Un libro que cuenta algo que, por desgracia, no desaparece: el abuso a menores. Aquí queda reflejado cómo los pederastas se aprovechan de la vulnerabildad e inocencia de las niñas, el tormento por el que pasan ellas, el impacto que tiene en sus vidas tanto contarlo como ocultarlo y el infierno que suponen los trámites por la justicia ya que el objetivo se pone siempre en las víctimas: lo que han hecho, dicho, cómo se portan,... Creo que es una lectura necesaria para conocer esta lacra e intentar luchar contra ella en la medida de lo posible. También es un relato duro, nada amable, acorde al tema que trata que espero consiga remover conciencias. |