De sangre y cenizas

No tengo palabras para expresar lo que me ha parecido el libro, simplemente increíble.

Jennifer L. Almentrout nos presenta al personaje de Poppy, una joven condenada a vivir privada de cualquier placer mundano: no puede hablar con nadie, nadie puede ver su rostro, debiendo vivir bajo un velo y el más puro anonimato, hasta que aparece Hawke y lo cambia todo.

Lo que más me gusta de este libro es el hecho de que está narrado en primera persona, por una protagonista fuerte y decidida pese a todas los deberes que le son impuestos. No es una chica normativa, con un físico perfecto y el hecho de que Almentrout le dé visibilidad a eso me parece súper importante y digno de admiración, porque no hace falta ser una belleza para ser una mujer hermosa y muestra de ello es la propia Poppy quien, pese a avergonzarse de sus cicatrices y de tener medio rostro marcado por ellas descubre gracias a Hawke que no tiene por qué intentar ocultarlas.

Es cierto que al principio el libro es un poco lento, algo que en parte comprendo, porque es el inicio de una saga, pero una vez te metes en la historia descubres un mundo muy bien construido, con unos personajes reales y con sus luces y sus sombras. Además, las últimas 150 páginas son alucinantes, es un constante plot twist que te deja en shock.

Pese a que es el primer libro de fantasía que leo, sin duda continuaré con la saga.