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«Amarilla» es un thriller en el que la autora, de la cual adoré «Babel», vierte toda su bilis respecto al mundo editorial estadounidense. A través de una historia satírica contada en primera persona y con una narradora poco fiable (además de detestable, cosa que me encanta encontrarme), se nos habla sobre el microclima de los escritores, de los editores, de las redes sociales, del racismo… ¡Incluso del mundillo de Goodreads! No deja títere con cabeza. Una escritora fracasada le roba el manuscrito a una conocida de la universidad, que sí ha triunfado, tras experimentar en primera persona su muerte por ahogamiento. Además, esta conocida es una mujer asiaticoestadounidense y dicho manuscrito se halla profundamente anclado a esto. El resto, como se suele decir, es historia. Con grandes dosis de sarcasmo se nos habla de la crueldad y la hipocresía de éste mundillo, de cómo se explota el sufrimiento de las minorías. La verdad es que, personalmente, no tenía ni idea de la situación editorial estadounidense, pero me ha parecido durísimo. «Amarilla» es también, en ocasiones, una lectura incómoda. Y es que no solo se queda ahí, sino que también nos habla del propio proceso creativo de escritura, en ocasiones incluso parasitario. Una perspectiva que me ha parecido MUY interesante. En cuanto al propio thriller en sí, es una novela divertidísima. Me hubiese gustado que el final hubiese sido un poco más caótico (a una que le gusta el caos y la destrucción), pero no tengo queja porque su giro no hace más que reforzar ese toque de absurdidad que impregna el relato. Dicho esto, es una lectura fácil y controvertida que no deja indiferente. Y vamos, que me ha hecho alegrarme de no tener Twitter. |
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