Todo tiene que ver con el género. Estábamos en una academia solo de chicos. En realidad, en cierto modo, era un mundo solo de chicos. Decirle a alguien que dejara de ser una nenaza era decirle que no fuera una chica, como si ser una chica fuera algo malo. Y decir que algo débil era una mariconada era decir que lo hetero era mejor, y que lo gay era débil, y débil era igual a afeminado, y afeminado era igual a mujer.
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