Dolores Claiborne

Stephen King es conocido como el “Rey del terror” literario. Muchas de sus obras más notables están dentro de este género. Pero algo que me gusta recalcar siempre como lector de King es que muchas de sus obras van más allá del terror y son autenticas maravillas, como 22/11/63 o Billy Summers. Y Dolores Claiborne es de esas novelas en las que King no aborda el terror y consigue crear una historia brutal, adictiva y emotiva.

A través de una narración compacta sin capítulos y a modo de monólogo, la protagonista, Dolores Claiborne, nos cuenta su historia para que podamos entender al 100% por qué se encuentra en la sala de interrogatorios de la comisaría del pueblo acusada de un crimen que no ha cometido. Dolores hace un recorrido a través de su vida, desde el momento en el que conoció a Joe, su marido, pasando por un matrimonio fatídico marcado por el maltrato físico y psicológico y del que lo único bueno que salió de ahí fueron sus tres hijos, hasta el momento en el que acaba trabajando a tiempo completo para la carismática y testaruda señora Donovan.

Como en casi todas las novelas de King, el punto fuerte de esta son los personajes, principalmente la protagonista. A través de la narración se puede sentir su angustia y su frustración, así como su afán por seguir adelante por muy fuerte que sople el viento en contra. Los personajes secundarios también están muy bien construidos, odiando a los que hay que odiar y empatizando con los que hay que empatizas, y es que a día de hoy, muy pocos autores consiguen crear personajes de la manera en la que King lo hace.

La trama es dura, llena de injusticia e impotencia, con momentos que te dejarán con la piel helada y que solo querrás partirle la cara a más de un personaje, pero también encontraremos momentos más alegres e incluso divertidos, y es que Dolores a pesar de lo dura que ha sido su vida, narra la historia con un soltura, sin perder el sentido del humor, y siendo consciente de se historia, del lugar en el que vive y de la gente que la rodea.

Una novela brutal en la que King despliega una vez más su arte para crear historias y personajes.