En la vida uno puede fingir muchas cosas. Si te esmeras, incluso puedes llegar a creerte tu propias mentiras.
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En la vida uno puede fingir muchas cosas. Si te esmeras, incluso puedes llegar a creerte tu propias mentiras.
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¿Qué más da que tu jaula sea de oro macizo si no se te permite salir de ella? Una jaula siempre será una jaula, por muy dorada y brillante que sea.
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La memoria y el tiempo no son buenos amigos. Se rechazan, caminan en direcciones opuestas, tensan la cuerda que los une y amenazan con romperla. Forcejean, y por desgracia somos nosotros quienes perdemos. La memoria y el tiempo. A medida que pasan los años, los recuerdos se desvanecen, se desdibujan. Es ley de vida. No recuerdo el rostro de mi madre. No recuerdo la voz de mi padre. Ya no puedo rememorar el calor del último abrazo que me dieron. Todo eso se ha evaporado. |
No me quedaré de brazos cruzados y dejaré que los hombres me aplasten en sus puños.
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A pesar de no tener la protección de mi jaula, el mundo no me está aplastando. No me está rompiendo.
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Hubo gritos, golpes metálicos y llantos, pero también hubo silencio. El silencio fue el peor sonido.
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Una jaula es una jaula, no importa lo dorada que sea.
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¿En que año nació Marcel Proust?