El día que dejó de nevar en Alaska

Que vaya por delante que adoro a esta mujer. Cuánto más leo de ella, más fan incondicional me declaro de sus historias, de su forma de escribir, de la sencillez que transmite. Su estilo me tiene enamorada. Esta lectura conjunta está organizada por Oasis Literario, club al que pertenezco y del que ya os he hablado repetidas veces, pero vamos que... si la hubiera propuesto un blog de mascotas bajo condición de tener una, me hubiera adoptado un perro sin lugar a dudas.

Hacía demasiado tiempo que deseaba conocer qué ocurrió el día que dejó de nevar en Alaska y, ahora, a las puertas del verano, hallé por fin el momento.

Y ¿qué ocurrió? Pues que una chica con muchísimas inseguridades y poquísimo amor propio caminó junto a alguien que, en lugar de tenderle la mano y ayudarle a ver esa valía en la que era incapaz de creer, se la puso al cuello aprovechándose de esas debilidades en su propio beneficio, convirtiéndola en alguien perdido y con actitudes de las que no sentirse orgullosa. Que esa chica decidió entonces huir y alejarse de dónde creía que había arrasado con todo lo bueno, de quienes amaba pero a los que solo infligía dolor. Y que en el lugar más remoto que pudo encontrar sin tener que abandonar el país, se topó con un vecino bastante seco que le demostró que las apariencias engañan y que en su compañía e imposiciones había más amor del que ella podía sospechar; y también con Nilak, el chico más frío con el que se había encontrado hasta entonces, tal vez porque nunca había estado a tantos grados bajo cero.

Pero... en realidad... estoy faltando a la verdad, lo confieso, porque no fue eso lo ocurrió el día que dejó de nevar en Alaska sino mucho antes, cuando nuestros personajes sentían la vida como un invierno eterno. Para saber lo que verdaderamente sucedió el día que dejó de nevar, tenéis que adentraros en esta historia.

Alice Kellen va intercalando capítulos en los que se nos irán desvelando partes de un diario personal cuyo autor desconocemos, con otros en los que la historia de Heather y Nilak se va entretejiendo. Es fácil intuir, eso sí, que el diario se corresponde con un hilo temporal en el pasado mientras que nuestros chicos representan el presente. Poco a poco, las piezas irán encajando hasta formar un puzle precioso.

En esta novela me ha pasado un poco como con el relato "Sigue lloviendo", de la misma autora, del que os hablé aquí en el blog hace semanas. Las ganas de descubrir qué es lo que estaba ocurriendo me hicieron avanzar sin descanso, y llegar al porqué de muchas cosas supuso un hallazgo maravilloso y muy emotivo.

Heather, una mujer fuerte (aunque ella no lo crea) con un montón de complejos y muy baja autoestima. La perfecta imperfecta con la que es inevitable simpatizar y con la que puede que, ocasionalmente, una se sienta identificada. Su perfecta imperfección aporta sal a esta historia. Su impulsividad, sus dudas, su humanidad, su fragilidad, su torpeza, su determinación...

Nilak, algo le ha ocurrido que lo ha convertido en la persona más insesible y maleducada del estado de Alaska. Un personaje que, aunque poco a poco, evoluciona muchísimo. Un chico al que es fácil odiar en las primeras páginas (bueno... venga... tal vez en la primera mitad del libro) pero que a mí, defensora de causas perdidas, me gustó desde el primer momento porque sabía que todo tenía que tener una justificación. Esa justificación, me estrujó el corazón.

Y cuando os adelantaba que si un blog de mascotas organizaba esta lectura bajo condición de tener una, yo adoptaba un perro, no lo decía por decir. Y es que estos tienen también un papel importantísimo en esta historia. Siempre he creído que los animales gozan de un instinto especial y frecuentemente son curativos, saben acariciar almas atormentadas. Supongo que porque sabemos aceptar sin prejuicios ni desconfianza el amor y la fidelidad que ellos nos regalan. Caos, un precioso husky, verá en Heather lo que ella es incapaz de ver y le tenderá la pata desde el minuto uno, caminará a su lado, le ofrecerá lo que un animal puede ofrecerte: entrega. Y aunque no humano (que no inhumano) será un personaje con un papel importantísimo al que querréis mucho.

A pesar tratarse de una historia new-adult y yo estar ya bastante lejos del new, he logrado disfrutarla gracias a lo que ya os he comentado repetidas veces en esta y otras reseñas de la autora: el estilo de Alice, sus personajes (tanto principales como secundarios), su facilidad para hacer de lo sencillo algo extraordinario... me mantienen engachada en cuerpo y mente a lo que tiene que contarme.
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