Crónica de piedra

Una experiencia mística-mágica la lectura conjunta de este libro. Gracias, marenpergamino, por la grata experiencia. Se aprende tanto y se descubren tantas cosas cuando se comparte una lectura. Un verdadero placer.

Hablar de la obra de Kadaré es hablar de Albania, y Crónica de piedra, o Crónica de la ciudad de piedra, no es la excepción. Albania, la protagonista viva de su obra; siempre  llevada al texto desde diversas perspectivas y géneros de la ficción.

En este libro el autor  nos cuenta la historia de un niño en una ciudad sin nombre, que vive las distintas ocupaciones del país (italiana, griega italiana, alemana...) durante la Segunda Guerra Mundial. Desde los recuerdos infantiles nos acercaremos a su vida cotidiana, a costumbres familiares y de comunidad, y a los retos que enfrentará en esos tiempos de inestabilidad.

Mucho de tinte biográfico hay en esta historia. Aunque no se nos diga el nombre, sabemos que la ciudad es Gjirokastra, ciudad natal del autor e intuimos que hay cosas, recuerdos y emociones suyas que son prestadas a su personaje.

¿Hasta dónde puede llegar un pueblo para recuperar su vida cotidiana si siempre está en medio de una tragedia mundial?

La curiosidad, los primeros amores, los seres queridos, la vida cotidiana, se retratan a través de una mirada curiosa e infantil. Un momento convulso que arroja más preguntas y miedos que certezas, pero en el que hay que crecer y sobrevivir. Una evocación a la belleza y a los dolores del pasado. Un recuerdo de la felicidad en medio del caos y de cómo se escurren la realidad, los rostros conocidos y la vida entre los dedos. Una mirada desde la nostalgia.

Kadaré es un escritor lleno de virtudes. Puede hablar de su país desde varias  perspectivas y tiempos históricos valiéndose de distintos géneros: la ucronía, el thriller o estas memorias creadas con un pie en la ficción y otro en la realidad. Este autor se mueve como pez en el agua por los ritmos, las atmósferas y el lenguaje sin perder atractivo y universalidad.

Lejos está Crónica de la ciudad de piedra del relato de lágrima fácil, pero no por ello deja de ser áspero y luminoso, conmovedor y terrible a partes iguales. Hermosas, pero sobre todo profundas descripciones de un pequeño lugar al que se le vino el mundo encima; de su gente, del paso del tiempo, de la asimilación de un destino incierto.

Desde mi pequeño rincón del mundo, mi admiración eterna hacia este portento de las letras llamado Ismail Kadaré. Genuflexiones y doble giro mortal invertido cada vez que me acerco a su obra. Un escritor que suma, y mucho, a este valle multidimensional en el que vivimos los lectores.