Que la ropa la sabemos quitar todos, lo difícil es hacer disfrutar antes de desabrochar el primer botón
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Que la ropa la sabemos quitar todos, lo difícil es hacer disfrutar antes de desabrochar el primer botón
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El tiempo pasa. La experiencia sube. El desencanto también. Y todo es «bah» y seguir tirando. Y, de repente, te enamoras de nuevo. Y, joder, no puedes pararlo, no puedes controlar nada. De nada sirve ese «ahora no me quiero enamorar». «Como si pudieras controlarlo», te respondes a ti mismo. Y sonríes. |
Si me preguntan qué es el amor, les digo que una vez acompañé a una chica a casa porque quedaba de camino. En dirección contraria. Treinta minutos
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Algunas veces el amor es como los móviles. Uno tiene el corazón de prepago y el otro lo quiere pasar a contrato de permanencia.
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Nunca te olvides de esta frase. El mundo que hable, tú, mientras, quiérete.
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El mundo critica. La crítica es sana cuando se hace desde el conocimiento. Nadie sabe lo que hay detrás de los éxitos y fracasos de alguien. En muchos casos, hay muchas horas de estudio, de entrenamiento o simplemente de ganas.
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Algún día entenderás que no necesito mucho. Entenderás también que no hace falta que me digas lo que somos; cada vez que nos besamos lo somos todo. Que no quiero que me preguntes cómo estoy, pero sí que dónde me gustaría estar. La respuesta es sencilla: en tus brazos, ya lo sabes. Y cuando me mires a los ojos, entenderás que no me pasa nada, me pasas siempre tú. Y no tengo nada más que decir.
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La chica que es capaz de caminar sin rumbo y perderse por las calles los días que no puede respirar
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Algunas veces el amor es como los móviles. Uno tiene el corazón de prepago y el otro lo quiere pasar a contrato de permanencia.
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Ah
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Marinero en tierra