El mundo es siempre solamente lo que es ahora, y depende ti ver cómo reaccionar a él.
|
El mundo es siempre solamente lo que es ahora, y depende ti ver cómo reaccionar a él.
|
Hay cientos de nosotros viviendo en un aeropuerto abandonado en las afueras de una gran ciudad. Evidentemente no necesitamos cobijo ni calor, pero nos gusta tener paredes y un techo sobre la cabeza. De lo contrario, estaríamos deambulando en algún descampado, y eso sería terrible. No tener nada alrededor, nada que tocar ni mirar, sin restricciones en absoluto, solo nosotros y la boca abierta del cielo. Me imagino que estar totalmente muerto es así. Un vacío vasto y absoluto.
|
[...]—Ya no tenemos flores. Solo cultivos.Yo miro la parte oscura del atardecer por las ventanas del otro lado. —Por nuestra… culpa. —No, no por vuestra culpa. O sea, sí, vosotros tenéis la culpa, pero no solo vosotros. ¿De verdad te acuerdas de cómo eran las cosas antes? ¿Todos los fracasos políticos y sociales? ¿La inundación global? ¿Las guerras, los disturbios y los bombardeos continuos? El mundo ya había desaparecido en gran parte antes de que os presentarais vosotros. Vosotros solo fuisteis el juicio final. —Pero somos… lo que os mata. Ahora. |
Soy casi treinta centímetros más alto que ella y debo de pesar veinticinco kilos más, pero me siento pequeño y ligero. Como si ella pudiera derribarme y aplastarme con una sola palabra susurrada. Pero no habla. Guarda el manuscrito en el cajón, que cierra suavemente. Se endereza, se seca la cara con la manga y me abraza, posando la oreja contra mi pecho. —Pum pum —murmura—. Pum, pum. Pum, pum. Las manos me cuelgan sin fuerza a los costados. —Lo siento —digo. Con los ojos cerrados y la voz amortiguada por mi camisa, ella dice: —Te perdono. |
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?