La hora de las gaviotas

Descubrí a Ibon Martín allá por 2017 cuando leí “El faro del silencio”, el primero de los libros de la serie protagonizada por Leire Altuna. Dos años después con “La danza de los tulipanes” y su impactante arranque, terminé de confirmar que sus historias son exactamente lo que pido cuando empieza una novela de este género, por lo que me compré “La hora de las gaviotas” prácticamente el mismo día de publicación. Por H o por B, no había encontrado el momento de leerlo hasta ahora que @corduraentremislecturas me propuso hacer una lectura conjunta, y fue una magnífica idea porque la historia da para hacer un montón de teorías.

Durante la celebración del Alarde de Hondarribia, una de las participantes en el desfile mixto es asesinada en lo que parece ser un crimen machista, lo que motivará la reunión del equipo de la UHI con Ane Cestero al frente de la investigación.

Desconocía por completo la historia del Alarde de Hondarribia y toda la polémica en torno a su celebración desde hace ya 30 años. Cada año se producen enfrentamientos entre los defensores del Alarde tradicional y aquellos que defienden un Alarde mixto, en el que las mujeres también desfilan escopeta en mano. El situar el crimen en este contexto de odio e intolerancia sirve para introducir esa idea que sobrevuela gran parte de la historia y que supone una reivindicación en contra del machismo y el odio que aún siguen presentes en parte de la sociedad en pleno siglo XXI.

A pesar de que el arranque es un poco más lento que el de la novela anterior, el interés por continuar con la lectura no decae en ningún momento, ya que no dejan de pasar cosas que hacen que la trama y la propia investigación se vayan complicando por momentos, hasta llegar a un final completamente inesperado. al menos yo no lo vi venir ¡y mira que hice teorías!

En “La hora de las gaviotas” nos reencontramos con varios de los personajes de “La danza de los tulipanes” y algunas nuevas incorporaciones que, desde luego, no dejan indiferente. Las tramas personales de los personajes se irán entremezclando con la investigación, llegando a confluir una de ellas en un momento que resultó especialmente doloroso y que, al igual que la escena del tren de la primera novela, será difícil olvidar.

La ambientación es fantástica y, sin haber estado nunca en la costa vasca, el autor consiguió trasladarme a sus playas, pudiendo casi escuchar el graznido de esas gaviotas que dan título a la historia.

Novela que engancha, fácil de leer, con una investigación policial que resulta creíble en todo momento y unos personajes que te dejan con ganas de más. Si hay tercera entrega, ahí estaré.