La danza de los tulipanes

Hacía tiempo que tenía en el punto de mira a Ibon Martin porque me habían dicho que sus libros estaban muy bien y qué descubrimiento, la verdad que he terminado y ya quiero seguir conociendo a este grupo de ertzainas tan diferentes. 


En este primer libro conocemos a la suboficial Ane Cestero, que es destinada a dirigir un grupo especial de policías cuando es encontrada muerta en las vías del tren una locutora de radio famosa en Gernika. Aquí tengo que hacer un inciso, ya que creo que es el primer capitulo más impactante que he podido leer en un thriller, bastante macabro y despiadado.

Junto a Ane, completan esta unidad Aitor, el más sereno y equilibrado del grupo. Julia, amante del mar y del surf y Txema, que vuelve después de un tiempo en la Interpol.


Su prioridad será atrapar a este asesino bastante metódico y paciente que deja un tulipan rojo en cada escena del crimen y que traerá de cabeza a todos cuando empiecen a descubrir esas conexiones ocultas y personales que tendrán con el caso.


El autor ha conseguido mantener mi interés en cada parte de la historia. Ha sabido describir el paisaje, que se fusiona como un elemento importante dentro de toda la trama, haciéndolo casi tan importante como los personajes y llevándote de la mano a cada lugar.

En lo que concierne al asesino, logra que llegues a conocer sus motivaciones para hacer lo que hace, ya que ha metido capítulos narrando partes de su vida y también le ha dado bastante personalidad al equipo con las subtramas algo más personales de cada uno.

El trabajo de documentación también es una pasada, me ha encantado saber todo el proceso que hay que llevar a cabo para que un tulipán florezca. A priori, no es algo que me interesa, pero aquí no lo he visto como datos innecesarios, sino todo lo contrario

También he sentido que Ane, a parte de ser la inspectora, también es una chica normal de 28 años y eso me ha encantado, porque la he sentido cercana, cosa que a veces no me pasa en las novelas más policiacas.


Ya tengo esperándome en la estantería La hora de las gaviotas