Antologia De Cuentistas Andaluces Del Si

Comento uno a uno los cuentos de esta interesante antología (atención puede haber spoilers)
PULPETE Y BALBEJA: Relato que forma parte de las Escenas Andaluzas (1846) de Serafín Estébanez Calderón. No puede leerse sin un diccionario al lado y aún así muchos de los términos castizos utilizados no se encontrarán. Es de lectura difícil y enrevesadamente barroca aunque lleno de humor y entendible por el contexto el sentido del cuento. El editor incluye un glosario al final que se queda corto. Se trata del duelo a navaja entre dos amigos por los amores de una mujer de rompe y rasga. Los contrincantes no se hacen ni un rasguño. Cuando aparece la hembra disputada los desprecia a ambos pues no ha corrido la sangre (la colorada, la llama) ni ninguno ha hecho un floreo en la cara del otro. Lectura demasiado engorrosa que quita las ganas de leer más cosas de este autor.
LA FERIA DE SEVILLA: Se trata de un artículo de costumbres probablemente publicado en prensa. No tiene carácter narrativo sino descriptivo. Nos aproxima Bécquer a su visión de la feria de Sevilla. Estamos en 1865. Leído en 2023 es bastante curioso comprobar las enormes diferencias entre esa feria y la de hoy. Ya Bécquer se quejaba del influjo extranjero en las costumbres autóctonas sevillanas.
LOS DOS AMIGOS es otra historia de expiación (similar a Lady Virginia en contenido). Aquí se trata de que por culpa de Ramiro, a quien generosamente se ofrece a sustituir su amigo Félix en la guardia nocturna mientras aquél pela la pava con una hermosa casada, éste acaba muerto. La culpa lleva al adúltero Ramiro a la vida religiosa y a la predicación. Es un relato breve (unas 16 páginas) y más original narrativamente. Se cuenta en tres tiempos: comienza por contarnos la muerte de Félix en brazos de su amigo adúltero, después nos describe los amores de Ramiro y en una tercera parte vemos al predicador Ramiro expiando su culpa. Es más una relación que un cuadro de costumbres. Aquí no hay tanto casticismo como en la mayoría de los relatos de Fernán, es más concentrado narrativamente y menos digresivo.
EL ÚLTIMO PECADO de Don Juan Valera es un divertido e irónico cuento sobre la hipocresía. Resulta refrescante tras la lectura de Doña Cecilia. Nos cuenta una supuesta anécdota de la vida de la actriz dieciochesca «La caramba» que acabó su vida como beata arrepentida tras la aventura, según Valera, con un joven mojigato al que intenta seducir y no lo consigue. El mojigato en realidad es un cínico hipócrita que finge religiosidad para casarse con una fea heredera.
CAÍN del Padre Coloma recuerda a Fernán Caballero, de la que se reconoce discípulo. También estamos ante un cuento moral de carácter reaccionario: el Mefistófeles es el republicano federal, al que dibuja grotesco, bizco y patán: «cuatro brochazos de Goya hubieran copiado de aquel hombre el tipo de patán disfrazado con levita que odia porque la envidia, como con la piel del león se disfrazaba el asno; del cacique engreído que, como el tuerto es rey en la tierra de ciegos; del propagador de luces, que como los fósforos, vende al por menor; y así como estos ahúman, ennegrecen y no alumbran, este cerillero intelectual, va manchando las inteligencias y las conciencias del pobre pueblo, que ciego le escucha por cuatro miserables ochavos. Aquella fisonomía vulgar e insulsa, aquellos ojos bizcos…». Está claro que el republicano no le cae muy bien al Padre.
Nos cuenta la historia de dos hermanos: Perico (el bueno) y Roque (el Caín). Perico es llamado a quintas con enorme dolor de sus padres e indiferencia de Caín. Roque (Caín) es republicano y participa por instigación del personaje descrito más arriba en las barricadas y ¡oh, casualidad fatal!acaba matando a su hermano ante los ojos de su madre. Es una historia exageradamente melodramática y aleccionadora sobre los peligros de los que soliviantan al inocente pueblo, que siempre se ha resignado a la pobreza y a la caridad cristiana de los ricos. Nos informa el Padre Coloma de lo siguiente (es cita literal): «…porque los modernos revolucionarios, al servirse del pobre como de instrumento, le han quitado aquella bendita conformidad, que la religión y la caridad del rico mantenían en él, y que le daba en su pobreza fuerzas, y en sus dolores esperanzas…». Está claro que Coloma comparte las ideas ultraconservadoras de Fernán Caballero y de Alarcón.
UNA VENGANZA de Manuel Martínez Barrionuevo está fechada en 1876. Es un cuento breve de apenas nueve páginas. Está escrito en primera persona y cuenta un terrible crimen. al comienzo parece un cuadro costumbrista andaluz bienhumorado de tono irónico. Nos presenta al cacique, que resulta ser el cura del pueblo, Don Jerónimo, que vive con su bella sobrina (que tiene un nombre premonitorio: Socorro) y al guardia civil (Don Paco) que está persiguiendo al malhechor local, el Moño. Lo que parece ser una escena de costumbres se transforma al final, en las dos últimas páginas, en un estremecedor episodio de crónica negra rural.
CINTAS ROJAS de José López Pinillos (Parmeno) es una novela corta escrita en andaluz con imitación del habla popular más rural y llena de un vocabulario endiablado. Es raro encontrar una frase que se entienda a la primera sin buscar alguna palabra en el glosario final (que resulta incompleto: muchas palabras populares no aparecen, aunque algunas se entiendan por el contexto).
Nos cuenta la historia de un labrador que necesita dinero para ir a Córdoba a ver a su torero favorito (el Guerra) y se lo pide a un amigo suyo que, al negárselo, lo degüella y acaba matando a toda su familia (hijos, abuela, mujer y perro incluidos: ocho crímenes). Tras la atroz matanza se dedica a comerse el puchero que estaba en la lumbre y se va tranquilamente a los toros.
Hay un paralelismo para el autor evidente entre la brutalidad de los crímenes y el toreo, que sirve de desahogo al criminal: es su afición (siempre pone entre comillas Parmeno la palabra aficionado refiriéndose a los toros).
La novela nos recuerda por su tono tremendista de la España negra a «La familia de Pascual Duarte» de Cela, que parece que le inspiró, aunque «Cintas rojas» es de más difícil lectura y de un mayor barroquismo.
LOS HUESOS DEL ABUELO: Magnífico relato de Carmen de Burgos «Colombine» en el que nos habla de los «descendientes»: los parásitos que viven de la fama de un antepasado ilustre. Tiene un tono de crítica irónica que se culmina con un chusco final.